Tolerancia a partidos…

10 junio, 2016

Después de la elección se han generado muchos dimes y diretes en el escenario público, que no contribuyen a generar un clima de tranquilidad en Tlaxcala, sin embargo, se puede observar que en la recta final del proceso electoral 2015-2016, los propios ciudadanos han preferido dejar los apasionamientos y sólo en dos puntos de la geografía se generaron puntos rojos.

Tardíamente reaccionó la policía estatal en el caso de Nativitas, lo que abre muchas especulaciones sobre el actuar de las autoridades estatales. Generar y alentar la misma violencia no abona en nada a la estabilidad social del estado.Esto obliga a pensar que hay una autoridad que está dejando que la incertidumbre crezca para abonar a un clima de zozobra, lo que evidenciaría que está actuando más políticamente que en el aspecto de lo social.

Creemos que las protestas tanto en las inmediaciones del Instituto Tlaxcalteca de Elecciones (ITE) continuarán hasta el domingo por parte de perredistas, quienes no aceptan que fueron derrocados, y observamos que hay un PRI que utiliza a actores para abonar, precisamente, a este clima que no es bueno para nadie.

Hay que recordar que las elecciones de 1998 y 2004, se judicializaron. Basta recordar que en las primeras elecciones antes mencionadas fue el PRI quien alentó a la violencia al cerrar carreteras y propiciar un encono social cuando un Joaquín Cisneros Fernández, responsable de su propia derrota minimizó a una alianza opositora que creció como espuma y que terminó por ejercer el poder.

Además, en las elecciones de 2004, hubo una cerrada votación entre Héctor Ortiz Ortiz y Mariano González Zarur, de apenas de tres mil votos, y sin embargo, el actual mandatario estatal no logró revertir en los tribunales electorales. 

Ahora, estamos ante una inminente judicialización de la elección de 2016, pero los perredistas deben entender que no es mediante el uso de los excesos cómo demostrarán el supuesto fraude, porque para ello existen los canales, los mecanismos y las instituciones para demostrar sus dichos.

Lo más absurdo es que tenemos una autoridad electoral demasiado endeble en lo local, que uno como ciudadano llega a pensar si realmente tiene la capacidad para reaccionar ante un asunto emergente. Consideramos que desde la Secretaría dd Gobierno (Segob), deben venir las primeras señales de tolerancia para aquellos que afirman que Lorena Cuéllar ganó la elecciones al igual que Marco Mena.

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