14 julio, 2015
Bastó un ejercicio poco ortodoxo al interior del PRD de Tlaxcala, para que saliera humo blanco en la búsqueda de un(a) abanderado(a) al gobierno de Tlaxcala.
Como no se había logrado desde hace por lo menos 12 años, el partido del Sol Azteca cerró filas en torno a la figura de la Senadora Lorena Cuéllar y la apuntalaron como virtual candidata perredista.
Pero más allá de la visible candidatura de Cuéllar Cisneros, llaman la atención varias señales que envía el perredismo a los tlaxcaltecas.
Se suman a este proyecto un total de ocho corrientes, que en total sumaría el 70% de perredismo tlaxcalteca. Y podría crecer la cifra.
Por primera ocasión en 12 años, resalta al interior del perredismo, la idea de la trayectoria política de la potencial candidata.
Al interior del PRD entendieron muy pronto que la división sería el camino más rápido para seguir desfigurándose en el escenario político estatal. Por eso optaron por la cohesión.
Existe consciencia interna dentro de ese instituto político de la necesidad de convencer a un 60% del padrón electoral que se mantiene apático a las cuestiones electorales, por la falta de credibilidad de muchos políticos.
Todos los representantes de las corrientes adheridas a este movimiento hablaron de unidad, un término que incluso en otros partidos no existe y que será el fiel de la balanza.
El regalito, que recibió anticipado la senadora Cuéllar Cisneros, deberá ser manejado con sumo cuidado, si es que se pretenden conseguir resultados palpables.
Por lo pronto, según la conseja popular, “el que pega primero pega dos veces”. Y en el madruguete agarraron dormidos a priístas y panistas.
Los primeros, en espera de la línea para un actuar institucional; los segundos para ver si terminan por despedazarse o si imitan a los amarillos.
Y aunque temprano, señora, la carrera ya empezó. Que corran las apuestas