09 febrero, 2015
Una vez que el proceso electoral federal comenzó con muchos contrastes, las tres principales fuerzas políticas se enfrentarán a un escenario complicado en la entidad tlaxcalteca, para poder ganar -por lo menos uno de los tres distritos electorales federales- y que serán la antesala para apoderarse de la gubernatura del estado.
Empero, el PRI, PAN y PRD atraviesan una crisis de credibilidad en el terreno estatal y nacional, por lo que ahora la disyuntiva radicará en analizar si el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), podrá conseguir posicionarse en medio del escándalo político y mediático, ya que es el mejor terreno donde se mueve.
En el caso del PRI, enfrenta un difícil escenario, toda vez que ha tenido que cargar con los permanentes cambios de dirigentes y ante una estructura desgastada, pese a que Ricardo García Portilla, quien solicitó licencia al cargo de dirigente se vanaglorie de que dejó afinada la maquinaria de este instituto político que en la realidad navega entre claroscuros, a pesar de que ostenta el poder.
Las encuestas aplicadas por diversos partidos políticos señalan que el PRI está en serios aprietos ante la molestia que hay contra los gobiernos estatal y federal, derivado de la inconformidad que existe por la supuesta forma de gobernar de Mariano González Zarur y del propio Enrique Peña Nieto.
Dicho partido corre el riesgo de no ganar ni un sólo distrito en la entidad tlaxcalteca, pues está en duda si la estructura del Revolucionario Institucional permitirá la imposición de candidatos a ocupar una curul en San Lázaro.
Todo dependerá de cómo negocie el CEN del PRI los diversos cargos y que están en disputa para 2016 y desde luego, qué papel jugará el propio mandatario estatal en la recta final de su administración.
Mientras que en el caso del PAN hay un marcado divisionismo entre los diversos actores que se disputan la gubernatura de Tlaxcala y que se han desgastado en los dos últimos años por tomar el control de la dirigencia estatal de este partido político. A esto le sumamos la falta de liderazgo del actual dirigente, Carlos Carreón Mejía que transita en la total sumisión.
Es decir, el presidente estatal panista no ha sido capaz de desmarcarse de la actual senadora de la República, Adriana Dávila Fernández y sólo ha servido de mandadero, por lo que su carencia de audacia política ha originado que Aurora Aguilar Rodríguez, Adolfo Escobar Jardínez y Alejandro Aguilar se unan para poder cerrarle el camino a la apizaquense.
No obstante, dicha alianza perversa quizás no tenga limites pero tarde o temprano se romperá como una burbuja conforme se llegue el inicio del proceso electoral local. ¿Quién de los cuatro tendrá la audacia para salir airoso? ¿Rafael Moreno Valle seguirá con su intromisión?…
Bajo este escenario, queda demostrado que Acción Nacional podría tener más pro que contras, empero, ante la hambruna por el poder los seguidores de Gustavo Madero se llevará la mejor tejada, mientras que los calderonistas tendrán que resistir la embestida o bien pactar para las elecciones de 2015 y 2016.
No obstante, en el PRD el canibalismo sigue porque está en juego la elección de su nuevo dirigente estatal, así como la asignación de candidaturas a las diputaciones federales. Juan Manuel Cambrón Soria, aún conserva la mayoría del Consejo Político Estatal del sol azteca, pero hay un marcado sector de perredistas que no está de acuerdo con su llegada a la presidencia.
Además, el fantasma de la impunidad, de la intolerancia y hasta de la supuesta corrupción que hay dentro de ese partido en el escenario regional y nacional, lo deberá cargar el propio PRD y estos comicios serán una prueba de fuego para los perredistas.
En términos generales, las tres principales fuerzas políticas navegan entre claroscuros y será la oportunidad para Morena a fin de posicionarse en el terreno social, pero tarde o temprano le remarcarán los nexos de Andrés Manuel López Obrador con algunos “pillos”.
Mientras que la “chiquillada” participará con mucha desesperación para poder obtener los votos necesarios para seguir gozando de las prerrogativas que los mexicanos les otorgamos vía impuestos, pero lo cierto es que “la moneda está en el aire”, frase que hizo famosa el exgobernador de Tlaxcala, José Antonio Álvarez Lima, en aquel polémico proceso electoral de 1998, cuando el rostro político-democrático del estado cambió.
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