08 diciembre, 2014
De acuerdo a la nota periodística publicada en el portal de noticias “Tribuna de los Cabos”, Miguel Ángel Covarrubias Cervantes, el presidente de San Damián Texoloc en Tlaxcala, por el Partido Movimiento Ciudadano (MC), habría puesto en vergüenza a los ediles y ciudadanos de la entidad.
Debido a que fue detenido en San José del Cabo, cuando bajo los influjos del alcohol, procedió a orinar al interior del transporte terrestre que lo conducía al aeropuerto, esto al estar vacacionando en ese sitio turístico.
Según datos publicados por Gustavo Cruz, este mismo lunes en ese espacio noticioso, Covarrubias Cervantes el edil de Texoloc, fue detenido cuando al encontrarse en segundo grado de ebriedad, sustentado en certificado médico expedido por la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) de Baja California Sur.
Decidiendo miccionar a bordo de un taxi que lo trasladaba al puerto aéreo, esto durante el tiempo en que se supone debería encontrarse dirigiendo la comuna y a escasos días de enfrentar el compromiso de pagar percepciones de fin de año a los trabajadores de la comuna.
De acuerdo a la información manejada por en medio local en comento, el hecho se registró alrededor de las 14:30 horas, en el libramiento carretero al aeropuerto, dando como referencia el frente del destacamento de la Policía Federal (PF).
Donde según testigos, en el trayecto al ebrio edil tlaxcalteca, se le hizo fácil y decidió orinar dentro de una unidad de transporte, acción que llevó a cabo sin importarle la presencia de otras cinco personas, que estaban presentes.
Fue entonces que, el chofer del taxi detuvo la unidad de forma imprevista, para solicitar de manera inmediata el apoyo a los agentes federales, situación que ocurrió, sin embargo y de forma incoherente el ebrio alcalde comenzó a amenazarlos a todos con correrlos.
Por lo que finalmente, después de la intervención de los representantes de la ley, el etílico sujeto etílico fue conducido al área de barandilla de la cárcel local de San José del Cabo.
* Información SERGIO ESPINOZA