19 junio, 2014
Con documentos en mano, Edilberto N., de 30 años de edad, de oficio carpintero, rompió el silencio para denunciar públicamente a Arturo Méndez Méndez, presidente de comunidad en funciones del Cerrito de Guadalupe, perteneciente al municipio de Apizaco.
El agraviado señala como presunto responsable de abuso de autoridad, lesiones y hasta de privación ilegal de su libertad al funcionario municipal mismo que ha sido denunciado ante la Procuraduría General de Justicia (PGJE), en querella que fue radicada en la Averiguación Previa 1411/2014/APIZ-1.
En su dicho, la víctima señaló que supuestamente Méndez Méndez ha recurrido por espacio de aproximadamente un año, en la mala actitud de internarlo en diferentes centros de rehabilitación, mejor conocidos como “anexos”, por el supuesto problema con su manera de beber.
Al ser entrevistado, comentó que la situación se volvió más aguda y se recrudeció cuando Arturo Méndez Méndez, asumió el cargo de presidente de la comunidad referida, a grado tal de que sí el denunciante estuviese o no intoxicado por el alcohol, el edil envía patrullas para darle -según él- el “levantón” y conducirlo a los mencionados centros de internamiento, lugares de los que sólo sale para desarrollar labores propias de su oficio.
Donde fue claro al señalar, que ya no es dueño de su propia libertad, ya que al salir del taller donde comúnmente laboraba era retenido por los uniformados y conducido a los lugares antes señalados, sin tener la posibilidad de que recibiera alguna paga por el trabajo de carpintería ya desempeñado.
“El vendía lo que trabajaba y hasta lo acompañaba a cobrar… eran fuertes cantidades de dinero, y nomás me engañaba que con mis cigarros y me mandaba otra vez a encerrar” aseguró
En su versión, refirió que inicialmente, la situación iba bien hasta que empezó a platicarle a su ex patrón de los problemas que atravesaba con su cónyuge de la que se había separado recientemente, donde para ayudarlo le prestó una casa, inmiscuyéndose en su vida personal para supuestamente ayudarlo.
Sin embargo, la ayuda no llegó, sino que por el contrario el denunciado incluso llegó a agredirlo -supuestamente- de manera física y psicológica, al reprocharle su que “era un malagradecido y que no valía nada”, ya que la situación que atravesaba era resultado de lo que estaba haciendo.
Por lo dio inicio su cruel calvario por varios anexos, a los que era entregado con la supuesta intención de rehabilitarlo; a pesar de la tibia e inútil negativa por parte del denunciante, a quién se le dio la promesa de que al final podría recuperar a su mujer y sus hijos, a los que a raíz de lo que se narra, permanentemente ha dejado de ver.
Es más, aseveró que en al menos unas veinte ocasiones ha sido recluido en los anexos, por “recomendación” de Méndez Méndez, donde ha tenido que escaparse de esos lugares ante lo insoportable de la situación que se vive al interior, donde era golpeado:
“Y más que voy recomendado por él (Arturo Méndez), les da despensa a cambio de que me tengan allí, y hasta les paga a los “padrinos”, les manda medicamentos”, apuntó. A lo que se negaba inútilmente, obteniendo como respuesta que “ahí te tengan y las veces que sea necesario te voy a tener allí”.
Que contrario a mostrar algún tipo de misericordia por parte del representante popular, era escoltado por otros trabajadores al servicio del hoy denunciado, donde evitaban que tuviera contacto amplio con sus hijos, a los que sólo veía por algunos minutos, posesionándose de su vida hábilmente.
Visiblemente, contraído relató: “no podía yo salir ni a la tienda, ya estaba prisionero de su casa y del taller, donde varias veces me dio mis trancazos y cachetadas”, aseguró.
Incluso, dijo que algunos de los vecinos se daban cuenta de lo que le ocurría, y le hacían comentarios de ánimo para que evitara la situación de que era objeto.
En este punto, denunció que existen al menos otros diez casos de trabajadores que al igual que él, son recluidos en contar de su voluntad, de la misma forma, a los que de igual manera los ponen a trabajar y no les pagan nada, quienes se han conformado con el trato que les dan los multicitados padrinos.
Mismos que engañan a los familiares de los internos, al decirles que saldrán rehabilitados y con trabajo para hacerse cargo de sus propias vidas, según comentó a este reportero.
El Calvario…
Visiblemente nervioso y con un nudo en la garganta el denunciante, narró la última ocasión, -el 19 de mayo- que fue recluido en el anexo “La Providencia” de Chiautempan, lugar al que fue conducido por algunos uniformados por órdenes del presidente de comunidad, quien recomendó lo castigarán y le dieran un “regalito”.
Donde ese mismo día al salir por unas quesadillas en un puesto cercano, se le cerró una patrulla de la comunidad en las inmediaciones de la presidencia, de la que descendieron cuatro policías, quienes lo retuvieron, lo esposaron y le cubrieron la cabeza para evitar se diera cuenta del lugar al que sería trasladado -no sin antes golpearlo-.
En el lugar, los “padrinos” ya tenían instrucciones de cómo sería tratado, esto previo a su reclusión en una “granja” en la Ciudad de México, a donde sería posteriormente llevado ya tenían apartado su lugar, refirió.
Al llegar, fue recibido a golpes con una jarra por una mujer a la que llaman “madrina”, quien le propinó fuertes golpes en la cara, al tiempo de que era sujeto por otras personas; pasando algunas horas de tranquilidad, pero que después, la noche del miércoles siguiente, después de la “junta estelar” donde ingirieron sus alimentos, todos recibieron la orden de ir a otra habitación, dejando al agraviado en un dormitorio esposado de pies y manos a las literas, aún con prendas de vestir cubriendo su cuerpo, detalló.
Lugar al que llegó un hombre nombrado “Pablo”, quien le dijo le iba a dar su “regalito”, iniciando con caricias obscenas e intentando besarlo, a lo que se negó jaloneándose a pesar de que estaba esposado de sus extremidades, provocando que se cerrarán aún más las esposas, momento que aprovechó el perpetrador para desvestirlo, esto en medio de fuertes golpes.
Comenzando a castigarlo de manera íntima, penetrándolo en contra de su voluntad, lo que provocó que el agredido gritara y derramara lágrimas de impotencia, intentando con esto llamar la atención en busca de ayuda de los que estaban en el cuarto contiguo, sin tener respuesta alguna, explicó el agraviado.
Citó que lo anterior le generó una fuerte hemorragia en la parte trasera de su cuerpo y en el rostro producto de la golpiza recibida, donde narró en medio de un fuerte nerviosismo y con lujo de detalles los momentos vividos, y más cuando, “Pablo” cínicamente le preguntó “sí le había gustado”, dando el afectado como respuesta profiriendo palabras altisonantes cargadas de odio.
De su propia boca externó que en ningún momento le fue brindada ninguna atención médica en las heridas y por el brutal ataque sexual recientemente padecido, dejándolo esposado en el mismo lugar hasta el sábado siguiente, cuando fue liberado sólo para ser bañado, para después ser conducido al lugar donde estaban los otros internos a los que prohibieron intercambiar palabras con él.
Después de esto el día lunes 26 del mes de mayo, él fue retirado del lugar, donde acudieron por él Méndez Méndez, un padrino, un interno y otra persona, donde el afectado intentaba estar consciente, debido a que le habían administrado pastillas para supuestamente tranquilizarlo, las que le causaban sueño y lo tenían temblando, intentando buscar una salida lo cual resultó igualmente inútil ya que en el lugar hay barrotes y malla, similar a una prisión, por lo que fue nuevamente golpeado.
“Donde su supuesto protector, todavía le preguntó que, ¿cómo le había ido? Y que sí quería otras vacaciones”, lo que provocó las risas burlonas de los presentes.
Acto seguido, Méndez Méndez preguntó a los padrinos, si querían despensas, medicamentos o dinero por el servicio obtenido, donde los interlocutores optaron por lo último, ya que según la versión se carece de muchas clases en ese centro, intercambiando tarjetas de presentación para poder tener una comunicación más estrecha, ya que anunció estaría necesitando de sus servicios.
La narración prosiguió, comentando el denunciante que ya de regreso, fue trasladado en un Buick blanco, en posición fetal y agachado en parte posterior, para que no reconociera el trayecto, esto medio de fuertes amenazas de que sería llevado a la “granja”, y de que no ha rivera el “hocico” que sí no obedecía iba a ver las consecuencias.
Asegurando -según él- tener mucho concocidos, ya que era persona pública y que sí hablaba iba a provocarle problemas, que al fin sabía donde viven sus hijos o que en otro de los casos lo iba a “desaparer”, por lo que no lo quería ver por el cerro -de Guadalupe-.
Después de varios minutos de hostigamiento mental, fue bajado a la altura de las agencias de autos nuevos, donde intentó reponerse de todo lo que le estaba pasando, por lo que empezó a caminar sin rumbo fijo, hasta llegar en la madrugada a un domicilio conocido, donde pasó la noche.
Fue al otro día que decidió buscar ayuda con una persona a la que le había trabajado, quien lo empezó a orientar, para emprender la acción legal en contra de sus agresores, lo cual ha permitido que se interpusiera la denuncia correspondiente ante la PGJE, a la par de una queja formal ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH). De las que este medio cuenta con una copia.
Por ello, el hoy afectado, se dice temeroso de que algo pueda ocurrir, ya que se siente amenazado por Arturo Méndez Méndez el presidente de comunidad de el Cerrito de Guadalupe en Apizaco, a quién responsabiliza de sí algo le llega a ocurrir a su familia, sus cosas o a su persona.
Pidió a las autoridades competentes su intervención, para que se haga justicia, en este caso que le ha marcado para el resto de su vida, la que asume tener entre el miedo, el temor y la zozobra que que alguien que se siente intocable pueda atentar contra su integridad.
Cabe señalar que el caso se ventila en la PGJE, donde se le han practicado diversos análisis médicos y sicológicos para determinar el grado de afectación de esta persona quien denunció ser víctima de abusos por parte de diversas personas y espera que le hagan justicia porque simplemente vivió un verdadero calvario como hombre y como interno de un anexo.
De la denuncia se desprende otra Acta Circunstanciada número 273/2014/AMPEDGVI-N1 en la que se solicita al director de Servicios Periciales de la PGJE, practicar el examen psicológico a Edilberto N. y determinar de éste si presenta indicadores de haber sido víctima de delito de tipo sexual y si a consecuencia de ello presenta alguna intimidación que lo constriña a vivir en la incertidumbre y zozobra.
* Información SERGIO ESPINOZA