22 de mayo: Día Internacional de la Diversidad Biológica

21 mayo, 2014

En el marco del Día Internacional de la Diversidad Biológica, la CONAFOR explica que los ecosistemas forestales son el hábitat de una importante parte de flora y fauna; desarrollan funciones ambientales como la regulación del ciclo hidrológico, captura y almacenamiento de agua, captura de carbono, generación y conservación de suelos, entre otros, y proporcionan sinnúmero de bienes para las poblaciones humanas, tales como alimentos, madera de construcción, leña y medicinas.

En México se encuentran representados prácticamente todos los tipos de vegetación terrestre natural conocidos, que se extienden sobre una superficie de 140 millones de hectáreas. Esta extensión equivale al 73 por ciento del territorio nacional. Los ecosistemas que ocupan la mayor parte de esta superficie son los matorrales xerófilos (41%), los bosques templados (24%) y las selvas (23%).

La importancia de las Islas

Por otra parte, el tema de esta celebración son las islas, la Diversidad Biológica de ellas y las áreas marinas cercanas a las costas constituyen ecosistemas únicos que suelen comprender muchas especies vegetales y animales endémicas (que no se encuentran en ningún otro lugar del planeta). También son sumamente importantes para los medios de subsistencia, la economía, el bienestar y la identidad cultural de los 600 millones de habitantes que viven en las islas, la décima parte de la población mundial, según explica la ONU.

Asimismo, la CONABIO reporta que México posee más de mil 200 islas. Las islas en la costa del Océano Pacífico abierto de Baja California, por sus altísimos niveles de endemismo y buen grado de conservación, tienen relevancia global, comparable sólo con archipiélagos como el de Galápagos o Hawai. Como ecosistemas, son únicas en México.

Las islas mexicanas tienen grandes problemas ambientales como la pérdida de recursos bióticos, el deterioro de hábitat crítico en tierras de marea, dunas y acantilados, la desaparición o disminución de humedales, la alteración de la geomorfología de la costa, la pérdida de la calidad paisajística y recreativa para el turismo, es decir, la depreciación del capital ecológico.

 

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