DE LOCURA

08 julio, 2012

Escribe SAMANTHA CONDE HUERTA

Acabamos de pasar por uno de los sucesos más importantes de la historia de nuestro país y que solo se repite cada seis años; las elecciones recientes son consideradas en México como la muestra más grande de democracia.

Desde muy temprano, jóvenes y adultos se dispusieron a que los representantes del IFE pusieran una tinta indeleble en su pulgar derecho, con el fin de formar parte de esa participación ciudadana que nos hace, al parecer, una sociedad “más democrática”:

Ya hace exactamente una semana los cuatro candidatos que representaban a las diferentes corrientes ideológicas, se encontraban con sus respectivos equipos de campaña esperando los resultados finales de las ya esperadas elecciones dos mil doce, de las cuales resultó ganador Enrique Peña Nieto, lo que causó inmediatamente una controversia casi inevitable.

A partir del dos de julio de dos mil doce, nuestro país quedó dividido en dos; el PAN ya había perdido gran parte del territorio mexicano y se había ganado el desprecio y desconfianza de quienes con anterioridad los apoyaban; la batalla campal que surgió en las redes sociales fue inminente entre PRI y PRD, cuyos adeptos hacían hasta lo imposible por demostrar por qué NO se debía votar por el respectivo contrincante, definitivamente una verdadera revolución de redes.

Durante esta semana, las redes sociales han sido el medio por el cual todos expresamos nuestro punto de vista y también ha sido el principal medio de ataque a los dos aspirantes a la presidencia de México; hay hasta quienes “amenazan” con salir del país y regresar hasta dentro de seis años, pero no es más que faramalla pues no podemos abandonar una vida ya hecha por los resultados de unas elecciones presidenciales.

Estoy totalmente de acuerdo que nuestra educación, salud y economía dependen mucho de quienes estén al frente del gobierno, pero también es cierto que depende también de nosotros como “pueblo”.

En Huamantla el miércoles pasado se intentó hacer una manifestación con quienes apoyaban al movimiento #YoSoy132 para reclamar que la victoria del Partido Revolucionario Institucional había sido un total fraude, pero en el municipio no hubo mucha respuesta, demostrando así que como ciudadanos conscientes preferimos apoyar al vencedor a pesar de tener ideas distintas o diferir con sus propuestas.

Seamos responsables y dejemos a un lado esas diferencias que no nos hacen llegar a ningún lado, ni mucho menos nos ofrecen una solución efectiva; ya no estamos en esos tiempos donde se levantaban en armas para reclamar paz, libertad y justicia.

¡Cambiemos! Levantemos mejor nuestros libros y demostremos al gobierno que no somos gente revoltosa sin causa y que tenemos la capacidad para decidir también el futuro de México.

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