31 enero, 2023
El primer día de comparecencias en el Congreso del Estado, derivado de la glosa del primer informe de labores de la Gobernadora Lorena Cuéllar, vaticiné lo que se esperaba, un show circense.
La procuradora Ernestina Carro dejó más interrogantes que respuestas, con su tono cantinflesco, y se quejó hasta de la goteras que encontró en la dependencia que ella dirige, y pasó por alto, graves acciones en las que han incurrido hasta algunos de sus muchachos.
Recordemos la muerte de Juan Carlos N., principal sospechoso de la desaparición de Ana Laura N., originaria de Huamantla ¿todo quedó en la impunidad?… ¿Se pasaron de “calentadita”?…
Hoy en día, un acto de tortura se castiga severamente con cárcel, ella lo sabe, bien lo sabe.
Durante su intervención la funcionaria habló de números y más números, defendió su trabajo, pero olvidó darle respuesta a todas aquellas víctimas de un delito que esperan justicia y no palabras.
Obviamente, su comparecencia no era un confesionario de un reality, un Big Brother sino el momento idóneo, para defenderse, darle certeza a su propio actuar como abogada de los tlaxcaltecas.
Y qué decir de los legisladores, los de la oposición no perdieron ni un minuto, para atacar a Carro Roldán, enfundada en un traje sastre negro, negrísimo, así como la propia realidad que viven víctimas del delito en Tlaxcala.
Pocos congresistas no dejaron un espacio vacío para hablar de números y números, bueno hasta ellos mismo se hicieron pelotas, no sabían lo que cuestionaban.
Por ejemplo, el legislador perredista, Manuel Cambrón lanzó una pregunta, y que él mismo se la contestó: “¿Señora procuradora en Tlaxcala, hay delincuencia organizada?“…
Señor, diputado más que obvio nunca lo iba a aceptar la “dama de hielo”, digo de hierro. ¿Por qué no tenemos un congresista coherente?
Desde mi punto de vista, hubo tres legisladores puntillosos, que le sacaron jugo a sus cuestionamientos viperinos, y que fue evidente, poner en evidencia las debilidades de Carro Roldán.
Juan Manuel Cambrón, Blanca Águila y Miguel Ángel Covarrubias, fieles a su estilo armaron un cuestionario que también dejó más dudas que respuestas.
Los dos primeros resultaron ser almas caritativas, que hasta salieron a escuchar (detrás de la reja) a unos manifestantes, que exigieron que el acto fuera público, y mayores resultados a Ernestina quien de plano se fue por la parte trasera del Congreso.
Mientras que otras legisladoras como Alejandra Ramírez, Gabriela Brito, continuamente, se veían en la cámara de su celular, y se preguntaban: ¡Espejito!… ¡Espejito!… ¿Quién es la más bonita del Congreso?…
Así el primer día de comparecencias en el Poder Legislativo, en ese salón rojo que dejó de ser rojo, y que decorado así parece un salón de fiestas. ¡Vaya tino!… ¡Qué show!…
¡Nos leemos mañana!…