22 mayo, 2019
La repentina aparición y crecimiento de la plataforma de movilidad «Pronto» en Tlaxcala, que marcó la diferencia en el transporte por el costos, atención, servicio y condiciones de los vehículos, a ultimas fechas, se vería eclipsado por el actuar «sospechoso».
Lo anterior, por parte de algunos operadores, que -en las redes sociales- están siendo denunciados por usuarios principalmente del sexo femenino.
Quienes están alertando a sus contactos de sus muros personales de Facebook y grupos de WhatsApp sobre la actitud de algunos choferes quienes han presentado “problemas” o poca sapiencia de la geografía.
Al grado de mantenerlas al interior de sus vehículos por varios minutos sin razón aparente, lo que les ha infundido temor y sospecha de que algo pudiera ocurrir.
El señalado comportamiento que coincide de algún modo en sus características con los señalados; fue ventilado por una de las usuarias, quién expresó lo siguiente en las redes sociales:
“Amig@s hoy tomé un PRONTO, en el transcurso del viaje todo parecía “normal” pero el conductor curiosamente tomó otra ruta que no era la que siempre ocupo para regresar a casa, continuó una ruta desconocida y continuó el viaje sin querer regresar por la ruta normal.
«Hacia como si no sabía dónde estaba y que se había perdido sin querer bajarme, yo no sabía donde estaba (estaba perdida) hasta que llegamos a una calle que empecé a ubicar y le dije por dónde ir aún cuando él quería regresarse por otro lugar donde no era».
El usuario da una amplia explicación y decidió compartirlo en redes sociales. Entonces, a varias horas de la primera publicación se realizó una segunda de otro usuario de Pronto y la web:
“El día de antier me pasó lo mismo y no saben la impotencia que se siente, el de el pronto decía que no sabía llegar a mi destino y solamente se salía de su aplicación y se metía a Google maps cuando supuestamente habíamos llegado a mi destino estábamos en un terreno baldío el señor se empezó a portar agresivo conmigo me sentía tan vulnerable, asustada yo le pedía que me regresara al centro de Santa Ana».
Sin embargo, el señor insistía que ahí era, yo solo quería bajarme y correr por suerte pasó un taxi y si no fuera por el taxi no estaría ahora aquí contándoles esto. «Me subí al taxi y confirmo el señor si me estaba llevando a otro lado ya que el de taxi me pregunto que para donde me dirigía y me dijo que ese no era el camino”.
Sergio ESPINOZA/ Redacción
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