05 septiembre, 2025
La liberación de Saúl Rosales, preso por dos años representa un duro golpe jurídico para la fiscal, Ernestina Carro Roldán, derivado de una mala integración en la carpeta de investigación, y que no me sorprende.
Un Tribunal Colegiado dictó por unanimidad un amparo favorable a Saúl Meléndez Rosales, por lo que ordenó su liberación inmediata.
Los propios colegiados acreditaron que en el proceso judicial de la exautoridad comunal de San Pedro Tlalcuapan, Chiautempan hubo omisiones procesales de fondo.
Esto en el caso de ser señalado como responsable de linchamiento de un ladrón en el año de 2022, sobre todo a negarse supuestamente a evitar -como autoridad- ese acto de barbarie.
Los magistrados Francisco Ballesteros González, José Luis Moya Flores y Alejandro Bernal Valdés, fueron quienes analizaron este juicio y avalaron otorgarle un amparo.
Ambos coincidieron que este juicio incumplió estándares legales de prueba, y que en su momento fueron integrados como elementos por la fiscal Ernestina Carro Roldán.
En la prensa tlaxcalteca circuló una versión, una de tantas que la misma fiscal (lejos de ser de hierro) tampoco integró en la carpeta de investigación el acta de defunción de la víctima de ese linchamiento ocurrido en Viernes Santo de ese año.
No me sorprende como ciudadano como periodista que ese tipo de yerros garrafales existan, y que ante la inexistencia de pruebas reales haya sido recluido en julio de ese año.
Aclaro no estoy mencionando que sea culpable o inocente, no soy expertiz en abogacía, lo que critico es la forma en que trabaja la propia fiscalía.
¿Si es inocente el también activista exigirá la restitución del daño moral?…
Vaya que familiares y amigos no descansaron para lograr su libertad; entre los múltiples argumentos radicaron en acusar a la FGJ de supuestamente fabricar pruebas.
En manos de la fiscal Ernestina Carro se han cometido yerros significativos desde actos de tortura hasta eso cometer errores imperdonables.
Los magistrados determinaron la inexistencia de pruebas reales que indiquen que Saúl participó, convocó o incitó a la comisión del linchamiento.
Y ante tal hecho como entre tantos la misma FGJE ha mantenido un silencio perpetuo, sepulcral como si estuviera encerrada en las cuatro paredes del Instituto de Ciencias Forenses, donde los muertos no hablan.
Ustedes amables lectores tienen la mejor opinión.
¡Buen fin de semana!…