28 agosto, 2025
Minutos de terror vivieron la o las víctimas que estaban dentro de una joyería y relojería “Any”, situada sobre la calle Lira y Ortega, de Tlaxcala cuyos delincuentes huyeron con impunidad.
Una escena como de película fue la que se registró en ese negocio situado a unos pasos de la alcaldía del municipio de Tlaxcala, y de la base central de las policías estatal y local.
Las camaritas de C5i, y del C2 como en otros casos no dieron seguimiento a la huida de las posibles “ratas” que abandonaron una motocicleta y tirada una pistola.
Seis balazos escucharon no solo las víctimas sino que también los vecinos de esa céntrica calle. El saldo una persona herida, y el pánico sembrado.
Sin embargo, la actuación policial es para criticar, pues como un hecho que sucede tan cerca de dos bases policiacas efectivos no hayan llegado después de una escena violenta.
Y como siempre llegan a un escena con ínfulas de protagonismo, a sirena abierta, echando rostro, a toda velocidad, mientras los delincuentes riéndose en alguna guarida.
Es más, no cuidaron las mismas autoridades la escena violenta, menos colocar la cadena de custodia cerca de donde los hampones abandonaron un arma escuadra y casquillos percutidos.
Otro acto violento
El sistema de emergencias 911 tiene registro de que un masculino fue apuñalado en la ciudad de Tlaxcala, tras defender a mujer de su ex-pareja
En un salvaje ataque el hombre fue atacado con una arma blanca frente al taller de hojalatería y pintura “El Jarocho”, situado en la colonia Ocotlán.
Alfredo N., estaba afuera de su taller cuando Aldo N. comenzó a ofender a su antigua pareja.
Se desconoce si el agresor fue asegurado, y como suele suceder la policía capitalina llegó hasta el último momento. ¿Y la poli?… ¿Las camaritas?
En las redes sociales critican la actuación del presidente municipal, Alfonso Sánchez García quien de plano -dicen- abandona su responsabilidad por andar en precampaña en su absurda idea de ser gobernador.
Baches, basura, oscuridad, inseguridad, descuido en la infraestructura urbana, y ya más seguido se escuchan balazos y actos de impacto en lo que fue una capital tranquila así como la narró en un bello poema el tlaxcalteca Miguel N. Lira.
Pobres capitalinos tan lejos de Dios, y tan cerca de las garras del peligro y del que repartía y vendía Agua Marina, a dependencias del estado cuando su progenitor fue gobernador.
¡Buenos días!…