05 septiembre, 2024
En la última semana quedó claro que no habrá pesos y contrapesos en la LXV legislatura local, tal parece que la sumisión opositora será la comparsa del partido en el poder.
Días antes de que rindieran protesta todo estaba planchado vía negociación en favor de sus intereses personales más allá de los partidistas y más aún de los ciudadanos.
En las últimas legislaturas ha sido palpable de que las y los legisladores se rindan ante el culto de todo gobernante ya sea del PRI, PAN, PRD y ahora Morena (Partidos que han gobernado Tlaxcala).
Hay un claro retroceso en el sistema democrático en Tlaxcala, cuando los equilibrios son necesarios, determinantes en toda democracia.
Sin embargo, esa falta de pesos y contrapesos han provocado que todo gobernante legisle a su antojo, a su conveniencia, mientras que las y los integrantes del Congreso Local, solo legislan con puras ocurrencias.
Esa ha sido la tónica en el sistema camaral y el partidista en Tlaxcala. Aclaro, no deseo que se lidien a garrotazos, pero la cámara es un espacio para analizar y debatir ideas.
Más aún, para fijar el rumbo de un estado en su sistema político y legal, empero, muchas y muchos de los legisladores ignoren su función por completo.
La elección del presidente de la Mesa Directiva, de la misma Junta de Coordinación y Concertación Política, la distribución de las comisiones camarales y la designación de funcionarios, es solo una prueba de ese entreguismo a Morena.
Y vaya que el programa legislativo, aprobado fast-track, es enriquecedor pero la mayoría de las iniciativas son del Ejecutivo.
¿Serán tres años de sumisión?…
Lo mismo el Poder Judicial del Estado, sigue callado ante la reforma judicial, y queda a la vista que su presidenta Anel Bañuelos, que prefiere esa sumisión antes que sumarse a la voz de ministros, magistrados y jueces federales.
En mi actividad periodística me he encontrado que trabajadores del Tribunal Superior de Justicia (TSJ), no saben lo que implica la propuesta de reforma y sus alcances que pretende el señor López y esbirros.
¡Vaya ignorancia!… ¡Fatal!…
Blanca Águila, un cartucho quemado
La renuncia de Blanca Águila a las filas del PRI, no tiene mayor relevancia para la vida social ni política de Tlaxcala.
Lo real, lo real es que no será lo mismo de ser un general dentro del PRI, a ser un simple soldado en Morena, donde quizás sea su próximo destino.
Vaya que le gusta a la de Zacatelco ser de la tropa. Lo ridículo es que el tricolor por primera vez, no tendrá voz menos voto en el Congreso Local.
¡Buen fin de semana!…