29 agosto, 2024
En las diversas bandadas del Congreso del Estado, hay malestar por la actitud supuestamente injerencista de secretario de Gobierno, Luis Antonio Ramírez, y lo peor de Marcela González, quien intenta asumir el papel de diputada local (con licencia) metiche.
A pocas horas de que inicie en funciones una nueva legislatura local, existe inconformidad de algunas diputadas y diputados, por la imposición que pretenden hacer ambos en las diversas comisiones, y mandos de control del Palacio Legislativo.
Su pretensión, es que haya varias y varios legisladores serviles en las diversas posiciones estratégicas, para la conducción del Poder legislativo.
Esto ha encendido la alerta en las mismas oficinas de la gobernadora, Lorena Cuéllar, ante esa inconformidad que trascendió a lo publico.
De plano, la mandataria tendrá que pensar en otros interlocutores porque simplemente hay malestar dentro de las bancadas del PT, PVEM y ahora hasta dentro de Fuerza por México.
Pretender controlar una legislatura así, tiene definitivamente sus riesgos porque Morena debe tomar en cuenta que la relación en lo local con sus aliados -petistas y pevemistas- no ha sido tersa, menos amigable con algunas y algunos que llegarán como diputados.
De plano, al Ejecutivo le ha fallado desde la Secretaría de Gobierno, en la realizar una política interna audaz, eficaz y que evite problemas, y no se pase creándolos.
Tal parece que Morena pretende hacer una regresión como en aquellas épocas hegemónicas del PRI, donde algunas y algunos de la T-4 nacieron, crecieron, disfrutaron de esas mieles, lo traicionaron y ahora enfundados en una nueva piel.
¡Vaya vaya!…
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