09 julio, 2024
“Les quiero contar una historia muy bochornosa (para las involucradas, claro está). Hace unos días, sin decir nombres, planteé que quienes habían llegado a través de acciones afirmativas LGBTTTIQ al congreso local, debían comprometerse con la agenda de la diversidad o admitir que mintieron al pueblo para obtener de manera más fácil un escaño.
No suelo polemizar con mis compañeros y compañeras del partido, porque desde aquel ya lejano 2015, en el que formé parte de las primeras candidaturas de morena, lo único que estimo importante para el avance de la 4T es la unidad en el partido y la acción en el movimiento.
Ayer, la prensa le preguntó a una diputada electa (que ganó su distrito con una candidatura por acción afirmativa LGBTTTIQ) que qué opinaba sobre mis declaraciones, y dijo algo desconcertante: que ser (o no) LGBTTTIQ era una cuestión de su vida privada….. 類類類類 Cómo?!? Pero si los documentos de registro y las reglas de la autoridad electoral son PÚBLICOS, es decir, públicamente supimos que el lugar que ocupaba estaba reservado para LGBTTTIQ.
Quienes hemos decidido hacer política, militar y defender derechos humanos sabemos que «lo personal es político», la discriminación, el bullying, la estigmatización, los crímenes de odio, no son cuestiones privadas sino públicas…. Pues resulta que no, que ahora nos regresemos al closet porque forma parte de la vida privada.
Me parece que lo más sencillo habría sido comprometerse con una agenda que no es la «de una minoría» sino que es un compromiso por la ampliación de derechos para todas las personas.
(Dice un medio muy ignorante que por qué no denuncié formalmente, pues porque no participé en lo electoral, solo pueden impugnar candidatos o partidos, no terceros. Además, es obvio, no se trata de un tema jurídico sino ético y moral)”.
Así lo escribió, el secretario de Cultura en Tlaxcala, Antonio Martínez Velázquez, en su cuenta de Facebook.