Periodismo y democracia

01 julio, 2024

“Sin los periodistas no sería posible articular nuestro sistema democrático, siendo esencial su doble función informativa y fiscalizadora de los gobernantes, y de los acontecimientos que sacuden nuestro tiempo”. 

Así lo expresa, Isabel Rodríguez García, una periodista excelsa, opinadora crítica, comunicadora gallarda, pluma dura y con sentido común, mujer de los medios de comunicación, en una colaboración impecable para “El Diario Es”, de su natal España.

En efecto, el periodismo necesita tanto a la democracia, como la democracia necesita tanto al periodismo.

Ambas siempre caminarán juntas, porque actualmente es la única alternativa para generar pesos y contrapesos ante la ausencia de equilibrios entre poderes, de fuerzas políticas reales ante el resurgimiento de un posible autoritarismo avasallador en varias regiones del mundo.

Hoy, se celebra el “Día del Periodista en Tlaxcala”, vía decreto por el Congreso Local, y mi admiración para todas y todos aquellos colegas que desde su trinchera han fortalecido los caminos de una genuina democracia. 

Pero también critico a aquellos remedos de “periodistas” y reporterillos que denigran, que ponen en riesgo al noble ejercicio del periodismo, y a la misma democracia. Su vituperio es feroz. 

Son unos faroles que tarde o temprano nadie les creerá porque sus textos, videos, o fotos, simplemente su propio actuar los pondrá en el camino retorcido de su propia historia. 

Celebro que la democracia y el periodismo sean fieles, porque se necesitan como una condición genuina, para transitar por esos caminos ásperos de la política y de innumerables escenarios. 

Como dice Isabel Rodríguez, en una narrativa impecable:  

“El ejercicio libre de los medios de comunicación, en el marco de un Estado de Derecho que ampara la libertad de expresión, constituye una piedra angular de la sociedad”. 

“Los periodistas son los ojos y los oídos de la ciudadanía. Informan, interpretan, analizan, contextualizan. Sin ellos no sería posible articular nuestro sistema democrático”. 

“El doble reto que plantea la transformación digital y los cambios en los hábitos de consumo se une la competencia desleal con empresas que operan en el negocio de la comunicación con el único interés de extraer un lucro económico”, señala. 

“Aunque sea a costa de erosionar el prestigio del oficio periodístico y de alimentar el fango de las noticias falsas”, remata, y tiene total razón. 

En ese periodismo jamás creeré, prefiero decirlo todo antes que ser comparsa de la corrupción, de ese círculo frívolo que daña los cimientos de la ciudadanía. 

Por años he luchado contra la ingrata y mendiga censura, pero sobre todo por enaltecer al periodismo, a la libertad de prensa, y la libertad de expresión en Tlaxcala. 

Es el único camino, pese a las intimidaciones, pese a todo. 

Un abrazo de coraza a las y los reporteros, a los periodistas de Tlaxcala que enaltecen esta noble y dura profesión todos los días, minuto a minuto, cada instante. 

Sigamos en ese camino, porque la sociedad y la misma democracia nos necesitan, y que la misma democracia y la misma sociedad juzguen nuestro actuar. 

A ambas nos debemos, y quienes creemos en ambos conceptos, y principios debemos enaltecerlos segundo a segundo, aunque de por medio esté la vida, por eso elegimos esta noble y apasionante labor.

Este sendero no tiene regreso, menos retorno solo es para adelante.

¡Buen inicio de semana!…

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