27 mayo, 2024
El panorama electoral en Tlaxcala, estaba ya enrarecido, pero ahora se enrareció más, quizás suene redundante, pero es la realidad.
Las autoridades en sus diferentes niveles no podrán decir que hubo “saldo blanco” en este proceso electoral, nada de eso.
En la recta final, simplemente, la violencia, el apasionamiento desmedido y la sangre ya corrió.
Hoy podemos decir que ante la ausencia del árbitro electoral, y de solicitudes de candidatas y candidatos que piden un llamado para el cese de una “guerra sucia”, sin cuartel en las redes sociales no hay respuesta oficial.
La violencia política digital, las agresiones verbales y hasta físicas aparecen a 48 horas de que culminen las campañas proselitistas, un mal síntoma para la democracia que transita en un camino nebuloso.
En Terrenate y San Luis Teolocholco, la violencia ya sentó sus reales.
La primera agresión fue entre simpatizantes del partido verde, y del trabajo, y la segunda, entre los de Morena y el partido de la estrella.
La semana pasada en Terrenate, hubo detonaciones por arma de fuego y golpes, aspecto que ya fue denunciado ante la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE).
Mientras que ayer en San Luis Teolocholco el subdirector de Seguridad Pública, quien a decir de su titular andaba franco, disparó contra tres personas, a uno le provocó una senda herida. ¿Por qué?…
¿La pistola que traía ese elemento de pocas pulgas, era la de esa corporación? ¿Contaba con el permiso de la Sedena para portarla?…
El resultado fueron golpes y algunos balazos, un apasionamiento con demasiada carga de adrenalina, y que eso no es bueno en una fiesta democrática.
¿Persecución política?…
Otro punto que llama la atención son las recientes declaraciones del candidato del PT, al Senado de la República, Rodrigo Cuauhtle, quien señaló que hay una persecución política en su contra.
¿La autoridad estatal quiere privarlo de su libertad?… Así, textualmente lo denunció el sábado pasado a través de un video y comunicado de prensa.
Sus declaraciones fueron en entrelíneas, nada claro, y que por supuesto, generaron una reacción entre la clase política, en la propia ciudadanía.
De lo anterior, no hubo postura alguna de la autoridad estatal, que hasta donde sé, es solo una. ¿Cacería de brujas?… ¿Presos políticos?… ¿Entre militantes, candidatos y parientes de la llamada 4-T?…
¿Amedrentamiento?…
Ayer, la dirigencia nacional del Partido Acción Nacional (PAN), acusó que el gobierno de Tlaxcala ha convertido estos comicios en una elección del Estado.
Según, ese partido expresó que utiliza las instituciones de procuración e impartición de justicia para amedrentar, inhibir y coartar la participación electoral de la oposición.
El presidente nacional, Marko Cortés, sostuvo que la autoridad estatal pretende usar a la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), en contra de militantes, cuadros distinguidos y activistas del PAN.
Esto con tal de inhibir su activa participación en el proceso comicial y sobre todo, de cara a la elección del 2 de junio. ¿La misma autoridad estatal permanece callada?…
Mudo testigo…
En este proceso, el Instituto Tlaxcalteca de Elecciones solamente actúa como un mudo testigo de lo que ocurre, y no actúa como un garante para que el proceso mismo y las elecciones de este domingo se desarrollen con civilidad.
Sigo insistiendo que mi deseo, es que este domingo miles de mujeres y hombres en edad de votar, acudan a las urnas, y decidan libremente, sin violencia, sin presiones, sin apasionamientos.
¡Buen inicio de semana!…