¿Credencial con otro domicilio?…

09 mayo, 2024

En la polémica están los abanderados de Morena y de la coalición PAN-PRI, Alfonso Sánchez y Minerva Hernández, dos que se conocen sus mañas, pues ahora resulta que ningún de ellos supuestamente cuenta con credencial de elector de la capital.

Hace unos días, un ciudadano mexicano presentó ante el Instituto Tlaxcalteca de Elecciones (ITE), una queja contra Hernández Ramos porque supuestamente tiene su domicilio en San Pablo Apetatitlán.

Sin embargo, esa mujer que niega sus raíces priístas y que ahora las enarbola, dice que vive en la comunidad de San Esteban Tizatlán.

Atufada, molesta y hasta despota le contestó a reporteros cuando le preguntaron de este tema, fiel a su estilo.

En una reciente entrevista que le hicieron a la ex perredista, dijo tajante que ella vive en Tlaxcala, aunque se sabe que la misma persona que presentó esa queja tiene un poder notarial que demuestra lo contrario.

No obstante, queda la pregunta ¿cómo el árbitro electoral entregó una constancia que la acredita como aspirante a la alcaldía por el PRI y PAN?

En tanto, en las pasadas horas, un diario digital llamado “La Polilla” publicó una supuesta credencial de Sánchez García, donde claramente aparece que su domicilio aparece en Totolac, básicamente en La Candelaria Teotlalpan.

Ante esta ola de especulaciones surgen interrogantes ¿Ambos cómo le hicieron para que el ayuntamiento de Tlaxcala, les entregara su carta de radicación?…

¿Acaso ambos tienen doble credencial de elector?… De ser así, la Junta Local del Instituto Nacional Electoral (INE), tiene la obligación de cotejar si ambos cuentan con doble credencial de elector de Apetatitlán y Totolac.

En las redes sociales, han mostrado su rechazo a ambos políticos que en el pasado tuvieron que pactar acuerdos, a través de Alfonso Sánchez “Canalla”.

¿Deberían de explicar los tres cuánto pagó el Gobierno de Tlaxcala a la empresa que embotelló Agua Marina?…

¡Está claro que la moral en la política vale para pura chingada!, como dice un amigo de Cualicán, Sinaloa.

¡Vaya que tiene razón!…

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