15 mayo, 2024
Lo que era un buen propósito, el de un debate en Huamantla, se convirtió en un espectáculo circense del que la democracia menos la ciudadanía de ese pueblo legendario desean.
Los candidatos rompieron las reglas establecidas por la periodista Magdalena López Domínguez, que con firmeza decidió formalizar tal encuentro de las ideas.
Carlos Santiago Pimentel, el que no honra su primer apellido, y Carlos Ixtlapale, ese politiquero que tanto daño le ha hizo a Huamantla, cuando lo administró fueron los que reventaron el debate.
La llegada tardía de Salvador Santos, al mismo evento político electoral, dicen que desató la furia de los ex priístas, uno poblano y el otro de Huamantla, para exigir que el alcalde con licencia se retirara.
También, dicen las lenguas de doble filo que Ignacio Ramírez, secundó tal petición.
Sin embargo, no hicieron caso al llamado de los moderadores Magdalena López y Raúl Roberto Reyes.
En diversas ocasiones pidieron prudencia, y respeto, empero, como si estuvieran en un tianguis, no pararon de hablar, de llenarse su lengua de veneno y generar pus.
Eso no es lo que requiere Huamantla, lo que necesita por políticos de altura, que presenten propuestas reales, y no con un show barato busquen atrapar electores.
Muy mal por esos candidatos de Morena y del PT, que parecen comparsas más que adversarios de contienda.
Insisto, un debate no es un partido de futbol sino abonarle en todo momento a la democracia.
Mi reconocimiento a Magda López, y a su equipo de trabajo por ese esfuerzo, y mi rotunda crítica a esos politiqueros.
No estaría por demás que el árbitro electoral, que ni parece actuar, debería llamarlos a la civilidad.
Ese tipo de rispidez, esperemos no genere apasionamientos desmedidos entre sus porristas, y matraqueros del poblano y del que se siente extranjero. En ninguno de los suspirantes.
¡Pobre de mi Huamantla!…
¡Nos leemos mañana!…
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