¿Busca Ernestina Carro ser fiscal?…

14 marzo, 2024

Sería un grave error que el Congreso del Estado, realizara reformas a la Constitución Local, para que Ernestina Carro Roldán, fuera la primer fiscal General de Justicia en Tlaxcala, al desaparecer posiblemente la PGJE, en los próximos días.

Basta observar los pésimos resultados que la abogada de los tlaxcaltecas ha entregado a la sociedad misma, en una dependencia cuestionada por casos claros de tortura hasta de omisión en su propia actuación. 

Fabricio Mena Rodríguez del PRI, ese diputado cuya labor ha sido entre claroscuros, más oscuros que claros comenzó a mover los hilos por una “alta instrucción”, y que no viene precisamente de su partido.

Lo anterior, para dar paso a la desaparición de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), y por fin crear la Fiscalía General de Justicia del Estado, un mandamiento (federal) pendiente en Tlaxcala desde hace más de diez años.

Fuentes confiables, afirman que la idea de dar paso a una fiscalía, es que aparentemente se vuelva autónoma, pero en realidad buscan que Ernestina Carro, se perpetúe por siete años más. 

De concretarse dicho procedimento, los integrantes de esta legislatura cometerían un grave error.

Los parlamentarios están obligados a nombrar a un fiscal (mujer u hombre) que en verdad lleve la bandera de la autonomía y no de la sumisión con el Poder Ejecutivo. 

Insisto la actual procuradora carece de habilidad para ocupar el cargo de fiscal, los resultados hablan por sí solos, los delitos que persigue Carro Roldán son los de menor impacto, al menos eso informa su área de prensa.

El delito de trata, los feminicídios, los homicídios, los secuestros, los robos con violencia, las violaciones son el tatuaje de un escenario complejo y cotidiano, y qué decir de las víctimas esperando justicia, esa que está en franca sequía.

Según, en la ruta crítica el Poder Legislativo estará dando análisis y aprobación antes del primero de agosto, y lamentablemente, nadie de la oposición dará la batalla en la tribuna, mucho menos en comisiones.

Por lo pronto, la procuradora ya anda pisando los pasillos del Congreso del Estado, con la clara idea de enquistarse en la silla principal de un despacho que le ha quedado grande.

Tan grande como el alza de delitos de alto impacto, y de esa “cifra negra” que también no se denuncia por falta de confianza en la PGJE, donde el fantasma de la opacidad e impunidad es continuo.

Los únicos que pueden hablar de la inacción de la actual procuradora son las víctimas o bien familiares de esas víctimas de algún delito, y que la palabra justicia no ha llegado.

¡Buen día a mis lectores!…

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