11 marzo, 2024
¿En qué se ha convertido la Comisión Estatal de Derechos Humanos? ¿En un organismo autónomo realmente al servicio del pueblo? ¿En una institución que promueve lo político-electoral? o bien ¿En una academia de arte dramático?…
Vamos por pasos…
1.- Es criticable que una institución que debe velar por la defensa de los derechos se haya convertido en un ente público que entrega “distintivos” a comercios en Tlaxcala. ¿Con qué fin?
El pasado 27 de febrero la CEDH emitió un comunicado donde informó que había otorgado el distintivo “Empresa comprometida con los derechos humanos” a “Súper Rivera”, propiedad Javier Rivera, aspirante de Morena a la alcaldía de Apizaco.
“La presidenta de la CEDH, Jakqueline Ordoñez Brasdefer, precisó que, si bien, este organismo se encarga de defender los derechos de las personas por actos de las servidoras y servidores públicos, en casos como éste, reconoce la labor de empresarias y empresarios comprometidos con los derechos humanos dentro de sus ambientes laborales…”, dice el boletín de prensa.
¿Desde cuándo la CEDH, hace este tipo de reconocimientos?… siendo que su actuación, solamente, se circunscribe en asuntos relacionados con instituciones públicas y no de particulares.
Queda demostrado que a Jakqueline Ordoñez, le gusta más el protagonismo, que cumplir con lo que le mandata la ley,
Sería importante que el Instituto Tlaxcalteca de Elecciones (ITE), la llamara a la mesura, a la cordura, a la sensatez y evite otorgar más “distintivos”, en medio de un proceso electoral a más changarros de políticos.
La entrega del mismo genera muchas suspicacias cuando la Ombudsperson tiene filias dentro de Morena, del partido en el poder.
Prueba de ello, su cuñado Raymundo Vázquez Conchas, candidato a diputado federal en el distrito II, y la de su esposo Manuel quien trabaja en el Gobierno del Estado.
Lo que ocurrió el 8M…
El pasado viernes ocho de marzo, durante la marcha feminista en la capital del estado, observé cinco momentos, justos e injustos.
Fui un testigo presencial de las exigencias de las mujeres, de los destrozos criticables del bloque negro (de las y los encapuchados), de las voces que clamaron justicia, de la agresión a periodistas y la del protagonismo de la Ombudsperson.
En el caso específico de Jakqueline Ordoñez, convertida en una actriz de reparto pidió a gritos la intervención de mujeres paramédicos de la Cruz Roja, que ayudaran a una mujer que intentó cruzar la enorme valla de acero, y que terminó por lesionarse ella misma.
Ello después de que la Fuerza Pública, hizo un baño con polvo de extintores, para evitar que esa misma mujer, y dos varones más pasaran esa misma valla, como una reacción de contención.
La misma presidenta corrió despavorida, en una actuación realmente dramática, hasta donde la activista se encontraba lesionada, en un hecho público más no privado.
Con sus brazos extendidos gritaba que no nadie se le acercara a la misma fémina, y la acompañó hasta la ambulancia donde recibió los primeros auxilios. Hay evidencias periodísticas.
Mientras que a unos pasos de donde ella estaba, frente a la iglesia de San José, varias mujeres agredían verbal y físicamente, a Ana Laura Vázquez, corresponsal del Grupo Milenio, y a empujones al foto-periodista de la agencia Nierika Images, Gonzalo Pérez.
En ese momento, se solicitó la intervención de la misma presidenta porque se derivó de un hecho público, y no entre particulares -como dice el boletín marrullero, y por cierto mal redactado- que emitió ayer domingo.
Simplemente, la “defensora de los derechos humanos”, le negó ayuda una periodista. ¿De mujer a mujer? ¿Sororidad a conveniencia?…
La Ombudsperson, esa mujer que quizás haría un mejor papel en la “Rosa de Guadalupe”, que en la CEDH, aplicó oídos sordos ante la petición expresa de periodistas que eran acosados.
Hoy la Unión de Periodistas del Estado de Tlaxcala (UPET), lamenta la inacción de Jakqueline Ordoñez.
Lo anterior a pesar del compromiso contraído el jueves durante el taller, de que los tres módulos de atención también estarían para atender las agresiones que se pudieran presentar, lo cual no sucedió.