Tres años de impunidad

18 diciembre, 2023

Se cumplen tres años sin justicia, tres años sin saber quién o quiénes me dispararon en cinco ocasiones cuando viajaba en mi automóvil, y cuya impunidad sigue reinando, y cobijada por la misma procuradora.

No sirvió de nada denunciar un hecho que no solo atentó contra mi vida, sino contra la tranquilidad de mis seres queridos y la mía, en un país donde el Estado de Derecho se rige a balazos y no abrazos.

Lamento que la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), haya guardado mi carpeta de investigación, que haya quedado en los anaqueles más polvosos de esa institución que ha sido rebasada por actos delictivos de impacto.

Analizaré si es posible que mi caso lo retome la Fiscalía General de la República (FGR), ante un claro caso de omisión por parte de Ernestina Carro Roldán, y de otros funcionarios de esa dependencia.

Aunque tampoco esa fiscalia menos el Mecanismo de Protección a Defensores de Derechos Humanos y Periodistas dependiente de la Secretaría de Gobernación (SEGOB), son garantes de protección menos de justicia para un reportero.

Tres hechos denunciados en esas tres instancias -en años anteriores- solo han sido parte de la estadística en un país, donde los impunes la disfrutan y la hacen suya. La nutren de mil maneras.

Hasta el momento, desconozco quién fue ese maldito dedo índice que le apuntó a mi vehículo, que aún tiene el tatuaje feroz y violento de una arma de grueso calibre.

Los años que la misma procuradora permanezca en el cargo, le recordaré -cada año y cuando se posible- que incurrió en un acto de omisión, y que es motivo de una violación a la propia ley.

Desconozco si tal refriega de balazos se derivó por ejercer un periodismo crítico y de investigación, o bien si fui parte de la estadística que mujeres y hombres tlaxcaltecas han sido objeto de atracos o bien intentos de robo, con uso de violencia.

Problemas personales no los tengo señora procuradora, y por lo tanto, y siempre será ahí donde la autoridad se lave más manos, para desviar el origen de todo ataque.

Son tres años sin respuestas, tres años con zozobra, tres años exigiendo justicia, tres años sin caminar tranquilo, tres años en que la procuradora quizás juega a ser la abogada de las y los tlaxcaltecas.

Cuando rindió protesta ante el Congreso del Estado, fue parte de un show mediatico. Lo único, lo real son los asesinatos dolosos ocurridos en calles de Tlaxcala. Eso no es ciencia ficción.

La protección de Dios, me libró ser parte de esos números macabros, y violentos que guardan las autoridades, y manejan a su antojo, en esa política fallida de Andrés López, de «abrazos y no balazos».

Solo tres cosas:

1.-  Mi libertad de expresión y de prensa, siempre serán mi timón contra los abusos, y los excesos del poder y funcionarios deshonestos.

2.- Nunca es tarde Gobernadora Lorena Cuéllar, para revisar la actuación de la procuradora, que no le mienta en mi caso, y muchos otros más.

3.- Es criticable que la PGJE esté señalada más de una vez, durante el ejercicio de Carro Roldán, de cometer actos de posible tortura, hechos documentados por la propia Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH). ¿Solo eso resalta su trabajo?…

Dejo estos tres puntos, desde luego  mis palabras para exigir justicia, y más aún para dejar constancia de que mi pluma seguirá denunciando actos funestos y cobardes.

Ernestina Carro, solo hace valer su propia justicia, menos la de aquellas víctimas de un delito que alzan la voz, o bien otras que tienen temor a la reacción -feroz o de indiferencia- de la propia procuraduría.

Buen inicio de semana.

¡Nos leemos mañana!…

Comentarios