06 diciembre, 2023
Hildilberto Pérez Álvarez, realmente es un politiquero que no sabe escuchar, y prefiere mandar a posibles golpeadores, para amedrentar al pueblo, con garrote en mano, como cavernícola antes que privilegiar el diálogo, y la sensatez.
Sobre el alcalde de Zacatelco pesa el fantasma de la intolerancia porque lo mismo se le da insultar a la prensa, estar de chismoso en asuntos de la iglesia, que utilizar la violencia.
Ayer, la Secretaría de Gobierno (SEGOB), tuvo que entrar como mediadora para intentar resolver un problema, una bola de nieve, que crece y crece.
Pobre del «corazón del sur», ese municipio que han gobernado en los últimos años con sujetos carentes de visión, y que han privilegiado cuando se les ocurre tomar el garrote, y por sus polainas utilizarlo contra quienes piensan distinto.
No hay poder que llame a la cordura a «El Cachorro», un sujeto que ganó una elección por suerte, y que ahora pretende seguir postulado para un cargo de elección popular.
Negarse a facilitar la construcción de un hospital como lo ha hecho, es ver a un politiquero que no quiere pensar en el desarollo de un pueblo.
La SEGOB determinó que dará seguimiento al caso, para evitar que otra vez se genere violencia en esa comuna azotada por el desorden y la inseguridad, y no lo digo yo sino la propia población.
Quizás represente un jalón de orejas para «El Cachorrito» a quien el Gobierno del Estado, le tuvo que corregir nuevamente la plana. «Señor, don ‘Cachorro’, abra su pensamiento, finalmente es una tontería gobernar con banderas partidistas y personales.
La sociedad de ese lugar confía en que el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), termine por respaldar este proyecto, sin banderas partidistas como lo busca hacer la diputada priísta, Blanca Águila.
Así se sencillo, el alcalde de Zacatelco está señalado de utilizar la represión, por ello la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), abrió un expediente, y siempre la SEGOB termina por enmendarle el camino.
¡A qué cachorrín!…¡Grrrrr!…
Nos leemos mañana