27 noviembre, 2023
No cabe duda que junior tiene que recurrir a la imagen de su papá Alfonso Sánchez Anaya, el exgobernador de Tlaxcala, para brillar entre una población que se pregunta qué méritos ha hecho a fin de buscar un lugar en el Senado.
En sus cuentas de redes sociales difunde imágenes de 1998, cuando su padre terminó por traicionar al Revolucionario Institucional, ese partido que lo llevó a acceder al poder político y público.
Algunos analistas políticos y periodistas dan cuenta que junior carece de la habilidad, para ser rollero como su papi, lo es y que a través de la saliva llegó a ser mandatario estatal opositor.
Sencillamente, el «nuevo rostro» de la política tiene que montarse en la figura de su progenitor, con el objeto de llamar la atención en redes sociales, sin liderazgo alguno
Las preferencias ciudadanas no lo favorecen, y tiene que recurrir a una estrategia de comunicación por cierto fallida, y considero que su staff de prensa -si es que lo tiene- lo está engañando.
Es más utiliza, en su identidad la figura de Claudia Sheimbaum, la precandidata de la 4-T, para promocionar su imagen, y está claro su imaginación es raquítica.
Su única fuerza radica, es que es un delfín de Palacio de Gobierno, y de los posibles amarres de su padre en las esferas del poder de la 4-T, quien fue el primer gobernante opositor en Tlaxcala.
Y que por cierto, su sexenio se vio manchado de polémicos sucesos como el hecho de que «Agua Marina», una empresa que posiblemente ambos crearon a fin de que fuera la propia distribuidora de agua embotellada en la mayoría de las dependencias estatales.
De plano, su imagen no inyecta entre un sector del electorado, menos en la de los jóvenes que desean observar una imagen fresca, que les diga algo más que añejas fotografías, y que una gran mayoría de la juventud de Tlaxcala desconoce quién es Sánchez Anaya y menos el junior.
¿Acaso sabrá cuáles son las facultades de un Senador?
¡Nos leemos mañana!…
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