09 junio, 2023
Lo ocurrido ayer en Apizaco, es producto de un reclamo ciudadano de esa localidad que está atrapado por muchos malandros, que acechan a ese municipio y su periferia.
Lo propios habitantes de Santa María Texcalac, expresaron ayer que lamentablemente la policía local, no combate la inseguridad, y que por ello proliferan bandas de delincuentes locales.
Ese fue el clamor, ese fue la amarga queja antes y después de que frente a la presidencia de esa población estallara la violencia.
La grotesca escena, el intento de linchamiento debe ser una llamada de atención para el alcalde Pablo Badillo.
Sin embargo, el panista prefiere armar sus pachangas particulares y sus dichosas “Pomerías” antes que atender el fantasma de la inseguridad en la denominada “capital del crimen”.
El acto de barbarie se evitó, debido a la intervención de otras fuerzas policiacas, las cuales también evidenciaron sus carencias a fin de cumplir un protocolo.
Una turba de encolerizas personas le propinaron senda golpiza a un posible ladrón, y está claro que en el estado de Tlaxcala, un sector de la población prefiere utilizar su propio garrote que confiar en la policía.
En plena vía pública asesinas a ciudadanos ante la indiferencia del propio presidente, y todo su séquito de colaboradores que ya piensan en la reelección del panista. ¡Háganme el favor!…
Pobre de Apizaco y Tlaxcala, tan lejos de la calma y tan cerca del monstruo de la inseguridad. ¿Estado seguro?
Y ya se había tardado la Procuraduría General de Justicia del Estado, para atrapar a los posibles asesinos de Manuelito N., ocurrido en los límites de Apizaco y Yauhquemehcan.
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