20 abril, 2023
Según, el consejero presidente del Instituto Tlaxcalteca de Elecciones (ITE), Emmanuel Ávila González, descartó “mano negra”, al negar -dicho árbitro- registros a organizaciones políticas, para crear nuevos partidos en la entidad como el caso de “Renovemos Tlaxcala.
Dicha declaración evidencia que el titular de esa institución -que quien sabe de dónde emanó- no debería dar ese tipo de posturas, porque su real sustento es lo que defiendan ante los tribunales electorales.
Que alguien le diga al novato consejero que es mejor ser institucional antes que prender una mecha más, en torno al proceso de revisión de documentación a aquellas organizaciones que buscan ser partidos.
A lo largo de la historia del Instituto Electoral de Tlaxcala (IET) y ahora Tlaxcalteca de Elecciones (ITE), se han dado casos en los cuales sus consejeros se han extralimitado en sus funciones.
Y desde luego los tribunales terminan por darle la razón a los partidos u organizaciones, porque los señores consejeros intentan imponer su voluntad, más allá de lo previsto en la ley.
Como periodista siempre he creído que la “partidocracia” en nuestro país, es obesa, que no genera productividad alguna, y que varios lidercillos terminan por saciar sus intereses oscuros, personales o grupales.
En realidad, no sirve de nada contar con más partidos políticos en nuestra nación o estado, y que terminan por formar alianzas, con el partido en el poder, para buscar una chamba en las administraciones estatales.
Sería sensato que hubiera una reforma para endurecer más la creación de más institutos políticos, que viven del erario público.
Es necesario que no haya más franquicias familiares o grupales, y vaya que la frase del exgobernador de Tlaxcala, Tulio Hernández Gómez, sigue tan viva: “Tanta democracia nos partió la madre”.
¡Nos leemos mañana!…