13 marzo, 2023
A casi diez años de haberse registrado la mayor tragedia en la vida moderna de Tlaxcala, como fue la explosión en Jesús Tepactepec, Nativitas donde cerca de 50 personas perdieron la vida y más de 150 resultaron lesionadas a causa del estallido de juegos pirotécnicos durante una procesión, ayer nuevamente sucede caso similar, en menor escala, pero en el municipio de Tlaxco.
No es posible que las autoridades eclesiásticas aún sigan permitiendo el uso desmedido de pirotecnia en este tipo de celebraciones, donde ayer cuatro personas resultaron con quemaduras tras el estallido de una camioneta con gruesa de cohetes que se dirigía a una procesión.
Sería sensato que la Diócesis de Tlaxcala pasara de solamente hablar a tomar medidas más drásticas, enérgicas para poder frenar en celebraciones eucarísticas la quema de cohetes y todo tipo de juegos pirotécnicos que ponen en riesgo a mujeres y hombres de todas las edades.
Está claro que en muchas poblaciones del estado, es un regocijo el hecho de hacer salva de cohetes, y quizá se convierta en una adicción porque entre más gruesas se compren más poder se demuestra entre líderes y comunidades religiosas al amparo quizás de muchos sacerdotes.
Además, sería oportuno que el Ejército Mexicano, instancia encargada de verificar si cuentan con los permisos necesarios los pobladores para la quema de cohetes también fuera más enérgico en verificar cómo se desarrolla este tipo de celebraciones, obviamente respetando el uso de sus atribuciones.
Ayer se evitó una tragedia mayor en Tlaxco, donde la autoridad municipal parece solapar este tipo de quema, al igual que en los 59 municipios restantes del estado donde hay salva de cohetes.
De verdad que el 16 de marzo de 2013, nos debería enseñar y recordar los efectos de un negro, negrísimo día en que una explosión dejó un saldo oscuro en la historia de Tlaxcala y México, y que parece que las autoridades eclesiásticas no tienen memoria.
¿Dónde queda la responsabilidad de las autoridades federales, estatales y municipales para evitar tragedias?… Y tal parece que la Diócesis de Tlaxcala, se lava las manos como Poncio Pilatos.
¡Nos leemos mañana!… ¡Excelente inicio de semana!…