Puebla y su inseguridad…

04 enero, 2023

No hay duda de que el estado de Puebla, atraviesa una compleja situación en materia de seguridad, inseguridad que impacta negativamente a Tlaxcala.

En menos de 15 días, al menos cuatro cuerpos de personas radicadas en Puebla, se han hallado sin vida (dos dentro de nuestro territorio y dos más en la zona limitrofe con la entidad vecina) y lamentablemente, con el tatuaje de la violencia.

Wendy Hellen Sandon, una mujer de origen peruano, fue reportada como desaparecida a mediados de diciembre en el vecino estado.

Luego de una semana de búsqueda, su cuerpo fue localizado sin vida entre los municipios de Tetla de la Solidaridad y Apizaco. Ahora, las autoridades lograron detener a su expareja, quien es el principal sospechoso de este caso.

En el arranque de 2023, dos cuerpos de varones asesinados fueron localizados -por separado- en la zona de barranca Honda, en los límites de la ciudad de Puebla y Papalotla, Tlaxcala. Uno de ellos calcinado y ubicado junto a las vías del ferrocarril.

Ayer fue posiblemente localizada la activista y psicóloga María Eugenia Ocampo, sin vida y asesinada en la zona de San Luis Teolochooco. Dicha fémina radicada en Puebla, fue reportada como desaparecida el pasado 21 de diciembre.

Por lo anterior, hay indicios de que la cercanía de la capital poblana genera que delincuentes, y posibles responsables de asesinatos vengan a depositar cuerpos de personas a Tlaxcala, para no dejar evidencias en la Angelópolis.

Es lastimoso que la Fiscalía General de Puebla (FGE), guarde silencio frente a este tipo de acciones, y en el escenario mediático muchas mujeres y muchos hombres creen que Tlaxcala atraviesa un clima de inseguridad severo, y no es así.

Obviamente, dos asesinatos (Calpulalpan y Atltzayanca) marcaron el inicio de este año, pero la mayor parte de ilícitos se han cometido en Puebla.

Por ello, la misma Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), debe informar sobre lo que ocurre sobre tales hallazgos, pero creo que su titular Ernestina Carro Roldán, sigue durmiendo.

¡Nos leemos mañana!…