Muro discriminatorio

08 septiembre, 2022

Pese a que el ser humano tiene derechos constitucionales y universales, desde junio de 2019, a petición de los habitantes, el ayuntamiento de Apizaco encabezado por el alcalde panista, Julio César Hernández Mejía, levantó una malla con púas en la tercera privada de la calle Álvaro Obregón, Colonia Ferrocarrilera.

Y desde entonces dos alcaldes emanados del PAN, supuestamente, un partido que promueve el bien común se han dedicado más a atender caprichos de algunos vecinos de la Colfer, que a cumplir con lo que establece la propia ley.

Ahora resulta que el “poncio pilatos” panista, se lava las manos al decir que no autorizó levantar ese muro denigrarte, discriminatorio y carente de sentido humanista.

El albergue de «La Sagrada Familia», afectado por esta pésima decisión, es un rincón donde se mata el hambre de miles de ilegales que han pasado por ahí, donde se nutren las esperanzas de un mejor porvenir, donde se curan las heridas físicas de una larga travesía, donde no se solapan los excesos de sus huéspedes, donde los ilegales duermen a un lado de Dios.

«Los modernos Trump», deberían entender que jamás debe haber paredes entre las naciones, menos entre los pueblos, y mucho menos entre mexicanos. Sería bueno que colonos mostrarán denuncias penales por delitos cometidos por indocumentados.

Es una lástima que el alcalde del albiazul, Pablo Badillo haya solapado la edificación de este muro, denigrante frente a mujeres y hombres, que alguien que le diga que los mexicanos tenemos libre tránsito. El gran pecado de niñas, niños, adolescentes y mayores de edad, nómadas es no contar con un pasaporte.

Cada uno de los que constituyeron esa pared deberían entender que hay reglas previstas en la ley, para poder cerrar una calle, la misma norma lo establece.

Es más, los vecinos ignoran si cometieron un delito por afectar los derechos de vía, dado a que la vía del ferrocarril, valga la redundancia, es considerada un tramo federal. Una barra de abogados podría tener una mejor interpretación que la mía.

El tema ha comenzado a causar revuelo en las redes sociales y medios de comunicación local, y no dudo que la misma noticia llegue a la opinión pública del país, por esa actitud discriminatoria y al puro estilo de Donald Trump, ese politiquero norteamericano de poca monta.

Hasta donde estoy enterado la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), ya intervino, pues está claro que debe actuar ante una clara violación de derechos humanos que pudo haber sido solapada desde el ayuntamiento de Apizaco.

Ver para creer, el CEN del PAN se resiste ahora a la militarización del país, porque constituye un serio peligro para la ciudadanía, la misma que fue alentada por Felipe Calderón, y ahora en Apizaco se permite la construcción de un muro. ¿dónde queda el bien común?…

Si viviera Manuel Gómez Morín, el fundador de Acción Nacional, un hombre con gran sentido humanista ¿qué expresaría de ambos temas?…

Por cierto, rescato unas palabras que destaca la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CEDH), aludidas al cuadro del pintor Sergio Hernández llamado «El muro de la ignominia», donde hace referencia a diversas víctimas en el estado de Oaxaca.

“En el ‘muro de la ignominia’ está presente también la fuerza, la contundencia, la luz y la libertad de lo que el pintor llamaría la parte irracional, los demonios, los diablos, la intolerancia y la monstruosidad del ser humano”.

Así define este organismo autónomo a todo muro de piedra o mental que se levanta, un asunto de intolerancia y de monstruosidad del ser humano, como dice tal artista. Pero usted amiga, amigo lector tiene la última palabra.

¡Nos leemos mañana!…

Escribe Paco Conde
Periodista

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