28 septiembre, 2022
Ayer la senadora priísta y aspirante a la presidencia de la República, Beatriz Paredes se reunió con el Grupo Plural de Exgobernadores del país, con quien intercambió puntos de vista.
En la misma cónclave donde estuvo presente el ex mandatario tlaxcalteca, Marco Antonio Mena, la legisladora federal les externó su interés de abanderar una propuesta de cambio.
Ahí, también les dijo que esta inquietud se basa en recoger diariamente nuestras raíces, que les permitan a las y los mexicanos existir en el Siglo 21, con condiciones sociales mucho más justas y con perspectiva.
Los presentes le externaron su apoyo, entre ellos, el propio Mena Rodríguez, a pesar de no comulgar ideológicamente con la ex gobernadora. Por fin ¿con Enrique de la Madrid o Beatriz Paredes?…
Beatriz, es una mujer que ha inspirado a la buena política en dos siglos (XX y XXI), su trayectoria ha sido impecable en una actividad compleja, difícil y negra, negrísima como es la política-partidista.
Paredes Rangel, es un ejemplo de la mujer empoderada, que sabe el arte de la propia política, desde los pasajes más oscuros hasta más lúcidos, estos últimos que le han dado rumbo para bien a este país.
La actual legisladora en la Cámara Alta ha comenzado a moverse sigilosamente en varias partes del país, se ha reunido con propios y extraños. Desde empresarios hasta mujeres y hombres del campo.
Me atrevo a decir que es una de las mujeres con pensamientos más ortodoxos y también de las más preparada en el terreno de la política-partidista en México.
Ella es la mujer que ideológicamente podría criticar con argumentos al actual régimen de partidos y al propio Gobierno de México.
Su basta experiencia en los diversos cargos motiva a esta mujer a emprender un difícil camino, pero no imposible.
La conozco desde mi infancia cuando encabezaba movimientos estudiantiles en Huamantla junto con mi tío Manuel Gutiérrez (q.e.p.d.), ambos grandes amigos.
Es una ciudadana que no pelea sino debate con argumentos; es una política con su lema de nuevos horizontes; es una mujer que sabe interpretar y entender al México de ayer y hoy, es la mujer que porta con orgullo el huipil.
Es la oradora perfecta, la de los impecables discursos, es la líder que dice y hace, es la política que debe inspirar a más mujeres a cambiar su propia religión y revolución social.
Sé que me van a criticar por describir así a Beatriz Paredes, no me importa, un columnista también destacar trayectorias y jamás convertirse en un calumniador.
Como periodista he cuestionado férreamente en varias ocasiones a la priísta, y ella me ha contestado con su indómita filosofía.
Sin embargo, la aspirante a la silla del Águila, tiene un camino complejo; el primero de ellos es convencer a su líder priísta, Alejandro Moreno, quien dice que hay que “matar de hambre a los periodistas”. ¡Poca su madre!…
Alito es un tipo nefasto, y que dista mucho de ser aquellos personajes priístas de poder de antaño, contra eso remará la propia Beatriz.
El otro punto en su contra, es saber si algunos partidos están dispuestos a cobijarla dentro de una coalición. La otra ¿podrá contra la maquinaria de Morena?…
Días complejos están por venir para Beatriz Paredes, y no dudo que mujeres y hombres de poder del país la arropen, porque saben que esa mexicana, de mirada indomable, es siempre pujante.
Ella es la mujer de dos siglos, la inspiradora, la que puede cantarle a la aurora, a la mismísima Luna de octubre, en una innolvidable velada o bien ejercer la política con voz de mando. Beatriz, simplemente Beatriz.
Tiempo al tiempo
¡Nos leemos mañana!…