26 abril, 2022
La inseguridad sigue siendo el talón de Aquiles en dos municipios gobernados por el PAN, y es ahí cuando la dirigencia estatal de ese partido calla frente a una realidad latente.
Sin misericordia, la líder estatal y el secretario general del albiazul, Miriam Martínez y Carlos Quiroz, avasallan con sus comentarios venenosos, vagos y sin sentido, en contra de la autoridad estatal, ante fenómenos delictivos.
Empero, cuando el un río o ríos de sangre corren en Apizaco y Apetatitlán, hacen un mutis ambas lenguas viperinas.
Sería sensato que ambos “liderazgos” realmente sean parejos, que fundamenten sus críticas, y no solo lo lleven al terreno de la diatriba.
En las calles y carreteras de ambos municipios parece que la delincuencia ha sentado sus reales, y la sociedad lo siente.
La prensa y la opinión pública han difundido y criticado lo que pasa en ambos municipios gobernados por Pablo Badillo y Ángelo Gutiérrez. Escenarios violentos hay en sus calles ante la indiferencia de sus autoridades.
Prefieren andar celebrando en carnavales y onomásticos que ponerse a trabajar contra la inseguridad, y creen que con comunicados publicados por sus “plumas a modo”, esos “periodistas” de poca monta podrán tapar lo que pasa en las calles y una ciudadanía atemorizada.
Los hechos están ahí, las fotografías de sucesos violentos aparecen.
Actos indignantes, recientemente, en Apizaco y hace unos días en el Gran Patio, muestran a dos políticos carentes de políticas claras. Esto para hacerle frente a la delincuencia.
Su llegada al poder se dio por suerte, y no por arraigo partidista, lo mismo ocurrió con Miriam y Carlos. Ya preparan la barbacoa en un ranchito de Apizaco, para celebrar -este martes- el cumple de Pablito.
Paco Conde | Redacción
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