Los exgobernadores y su “corazoncito”

18 febrero, 2021

En los corrillos de la política y en las pláticas de sobremesa se menciona qué papel jugarán los exgobernadores de Tlaxcala, una vez que inicien las campañas electorales, y obviamente el día de las votaciones.

En efecto, lo anterior deja dudas sobre qué rumbo tomarán aquellos que aún tienen la fuerza y el capital político para influir en la elección donde se renovará la Gubernatura.

Por ejemplo, en el caso de Samuel Quiroz de la Vega, considero que emitirá su voto a favor del PRI, y que incidirá en su familia para apoyar a Anabell Ávalos Zempoalteca.

Mientras que un desmejorado Tulio Hernández Gómez, podría incidir en un pequeño círculo de gente para que voten a favor del tricolor.

Los dos primeros personajes tienen bien cimentadas las bases de lo que es la institucionalidad hacia el PRI, aunque algunos opinen lo contrario.

Hablaré de Beatriz Paredes Rangel. Ella en los últimos años su presencia política la aplica para donde le convenga, y lo suyo no es precisamente la institucionalidad, eso dicen en el mismo PRI.

En 1998, apoyó indirectamente a Alfonso Sánchez Anaya, al salir del tricolor y así ganara la gubernatura de Tlaxcala, mediante una histórica elección basada en una alianza encabezada por el PRD.

En 2004, dicen que ayudó -a través de sus séquitos- a Héctor Ortiz Ortiz, cuando éste salió del Revolucionario Institucional, para luego gobernar la entidad, con las siglas del
PAN.

Y ahora la senadora pretende hacer lo mismo con Lorena Cuéllar Cisneros, al enviar a sus mismos esbirros para repartir el poco capital político que le queda, y gozar sus canonjías.

Empero, algo la detiene para hacerlo al ciento por ciento. ¿Que será?…

Paredes Rangel, está decidida entregar la corona de reina. No obstante, en esta elección quiere jugar dos cartas. ¿A quién apoyará realmente? En política no hay reglas escritas.

Basta recordar al expriista y ahora morenista, José Antonio Álvarez Lima, en su momento abrió la posibilidad de las alianzas al impulsar dicha iniciativa en el Congreso Local.

No obstante, en ese recordado 1998, muchos priístas lo tildaron de «traidor» por haberle supuestamente entregado el poder al PRD y a Alfonso Sánchez Anaya.

Llama la atención su actuación política, en el proceso electoral de 2016, intentó imponer a Anabell Ávalos (directora del DIF-Estatal en su administración) como candidata del PRI a la gubernatura, aspecto que lo llevó a distanciarse de Mariano González Zarur.

No obstante, era un ferviente impulsor de las aspiraciones para la primera magistratura del líder estatal de Morena, Joel Molina Ramírez, político que falleció lamentablemente de COVID-19, en el año anterior.

El propio exgobernador del PRI, y actual senador de la República, hasta el momento no sabe qué carta jugar porque el mismo círculo del presidente Andrés Manuel López Obrador, lo tiene en la mira.

¿Sería capaz de apoyar a Anabell e ir en contra del tabasqueño?…

En lo que respecta a Alfonso Sánchez Anaya, quien fue el primero en romper la sinergia de la institucionalidad en el PRI, terminó por vender su amor a Lorena Cuéllar Cisneros.

El funcionario federal, que en un principio se oponía a que la sobrina del priísta, Joaquín Cisneros Fernández, a quien enfrentó en 1998 fuera la candidata de Morena, terminó por vender su amor a la también expriísta y ex perredista.

Ambos vienen de la misma cuna, y de ese partido que dejó de ser hegemónico y que los impulsó para que sean lo que son hoy, les guste o no.

Héctor Ortiz Ortiz, en lo publico ya decidió a quién apoyará con su partido político, el PAC, y ha expresado mediante convenio que será a Anabell Ávalos Zempoalteca.

Sin embargo, en los mismos corrillos de la política dicen que podría jugar una carta más con su empleado político Juan Carlos Sánchez «El Saga».

Dependerá cómo vaya la elección para poder definir qué rumbo tomar. Ahí, dejo para la misma reflexión esta versión.

Y qué decir de Mariano González Zarur, está enojado con Anabell Ávalos, desde el momento en que la ahora abanderada de la coalición «Unidos por Tlaxcala», renunció a la secretaría de Gobierno, en su administración.

A decir de fuentes consultadas el ganadero dice que por institucionalidad apoyará al PRI, para ganar aún cuando haya roto relaciones políticas y de amistad con el actual gobernador Marco Mena Rodríguez.

Argumenta que él sí sabe de institucionalidad y lealtad al tricolor, y que con su capital político ayudará a su partido a operar y ganar la elección del próximo seis de junio. Todo muino pero contribuirá, citan marianistas.

Así que los ex gobernadores todos crecidos en las filas del Revolucionario Institucional, se juegan sus cartas, y vemos que a varios les gusta simular en lugar de ser institucionales y leales.

Quien traiciona una vez, lo hará siempre para saciar sus intereses. En la política, la moral no aplica.

Escribe Javier CONDE

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