17 junio, 2020
Fueron más las protestas que los aplausos que se llevó el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, en su cuarta visita oficial al estado de Tlaxcala, lo que indica que su termómetro electoral de 2021, debe atenderlo.
Desde que llegó campesinos, morenistas, antorchistas y demás se movilizaron en varios puntos de la zona conurbada de la capital, para demandar apoyos por los efectos del COVID-19, despidos injustificados de la súper delegada, Lorena Cuéllar Cisneros y de tipo ecológico.
Lo cierto, es que el tabasqueño anda en plena gira preelectoral y busca que el pueblo legitime su mandato; sin embargo, ya son más los tlaxcaltecas que desaprueban su actuación.
En Tlaxcala, el jefe del Ejecutivo federal terminó por encontrar un estado al que le pintaron de rosa en materia de desarrollo, seguridad pública y hasta de política.
Cuando en los hechos pasa lo contrario el rezago social es marcado, el hambre por el efecto de coronavirus es mayor, la inseguridad ha crecido según la percepción ciudadana y lo publicado por la prensa local y qué decir en el terreno político, Morena un partido, partido por una ambición desmedida.
No obstante, López Obrador vino a palpar el terreno político electoral, y se encontró con protestas en contra de la súper delegada, y aspirante a suceder a Marco Antonio Mena.
La mujer que nació en pañales de seda y que poco sabrá de hambruna intentó acallar las protestas en su contra y ordenó a sus reporteros esbirros que le echaran porras, pero fue inútil. Es más, terminaron por negarle el paso en un segundo evento presidencial.
Aún así, Morena y el presidente están bien posicionados de cara a las elecciones de 2021, pero queda claro que Lorena Cuéllar está a la baja, mientras sus adversarios van creciendo.
Si le hablaran a López Obrador con la verdad dentro de su gobierno y partido, encontraria a un Tlaxcala complicado en materia de empleo, de desarrollo y que algunos vivales del han aprovechado de su posición en el poder público.
Falta menos para el periodo de campañas electorales en el estado, y por lo tanto Andrés López está urgido de posicionar más a su partido, pues ya hay líderes partidistas opositores que observan una gran alianza para ganar.
No obstante, el jefe del Ejecutivo Federal aprovechó el viaje para decirle a Marco Mena, actual gobernante que no permitirá que ningún mandatario estatal «meta las manos» en las elecciones venideras y que haga uso de recursos públicos para favorecer a alguien.
Eso mismo debería decirle a Lorena Cuéllar, que no se favorezca con la posible aplicación de los programas federales porque ella no pierde el tiempo. Señor presidente que haya piso parejo, pero está más disparejo que nunca. ¿O no?
Condena
Está claro que el alcalde de Zacatelco, Tomás Orea Albarrán es un político intolerante. Demostró con la detención del periodista, Ricardo Salazar Espejel que es un personaje que es capaz de cualquier cosa.
En ese municipio pasa de todo, y más aún en el terreno de la inseguridad; prefiere asegurar, amedrentar, acosar a ciudadanos y a periodistas que hacerle frente a la delincuencia organizada.
Lo que ocurre en esa comuna es delicado, y lo peor es que Tomás Orea busca más posiciones políticas a través de sus retoños; es decir, con miembros de su familia para conservar el poder en 2021.
Nos hemos enterado que tiene bajo control a «periodistas» con convenios publicitarios para mitigar el hambre de esos pseudo comunicadores, y más aún ha perseguido a otros valientes comunicadores que se han atrevido a ventilar los excesos de un reyecillo politiquero.
Mi solidaridad con Ricardo Salazar y su medio de comunicación TV Zacatelco, por el actuar de un alcalde que perdió el piso, y el respeto por el Estado de Derecho y por la ciudadanía.
Escribe JAVIER CONDE
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