26 abril, 2020
En charla virtual con mis alumnos de licenciatura y posgrado, me cuestionaban que había pasado con la 4t y su proyecto de gobierno ¿Si desde la perspectiva del derecho constitucional y el enfoque de los derechos humanos, quizá había una respuesta?
En esas pláticas siempre libres y espontáneas el profesor trata de realizar sus mejores teorías, cuidando ante todo no caer en inclinaciones ideológicas y ponderar siempre a la historia y la ciencia para dar respuesta, con un espíritu crítico y apegado a la realidad.
El hartazgo. La sociedad mexicana como es de conocimiento público, soportó más de setenta años de autoritarismo regido por un solo partido en el poder, con un titular del Poder Ejecutivo que gozaba de facultades mega-constitucionales para realizar sus funciones sin que fueran cuestionadas y siempre obedecidas.
Los que se atrevían hacer lo contrario simplemente eran silenciados por el peso de la ley o de las armas, así como desterrados a vivir en la degradación y la frialdad que significa el exilio público. El sistema con el paso del tiempo colapso. La alternancia. La sociedad cansada, dio un viraje en sus decisiones políticas.
El mismo sistema nos vendió a un candidato derechero, bravucón y desparpajado para hacer política. Justo lo que los mexicanos queríamos ver y escuchar. El poder fue ejercido cohabitada mente con Martha Sahagún y sus ánimos presidencialistas, con la ayuda de sus hijos señalados por la corrupción y la componenda política, junto con la visión empresarial que trataron de impregnarle a su gobierno echaron al traste esta etapa.
La llegada de Felipe Calderón Hinojosa y su cuestionado arribo a la Presidencia de la República, junto con su discurso y declaratoria de guerra al narcotráfico, que hoy tienen sumergido al país en esta terrible crisis de inseguridad y el poco oficio político mostrado por su gabinete; entre otras asignaturas señaladas por la corrupción y vínculos con el narcotráfico como ejemplo ahí está su hombre fuerte en materia de seguridad pública, Genaro García Luna tras las rejas en Estado Unidos, son su sello distintivo, calidad moral para seguir opinando en la actualidad no tiene.
Otra vez la decepción. El electorado cansado de estos regímenes, y más vale malo, que bueno por conocer; le dan otra oportunidad al longevo PRI. Enrique Peña Nieto construido política y estéticamente desde la televisión, les dan el triunfal regreso a los Pinos.
Con sus reformas estructurales y el apoyo a seudo-políticos jóvenes como gobernadores, representantes populares en el Congreso de la Unión y como titulares de primer nivel, refrescaron el ambiente.
El final todos lo conocemos, fue una clase política que hoy vive en el descredito por la corrupción y la impunidad que lograron tejer al amparo del poder. El dinosaurio era joven, pero ya habían sido lactados con esas artes vetustas y nocivas para ejercer el poder público.
El sello de estos regímenes PRI y PAN ha sido: la frivolidad, el amiguismo, el nepotismo, la corrupción y la impunidad para amasar fortunas al amparo del sistema y del contubernio con los sectores privados; pues desde el poder político todo se puede.
La esperanza de México. El Presidente Andrés Manuel López Obrador, con dieciocho años de campaña formales y la que lleva en el ejercicio presidencial, es uno de los políticos más completos del siglo XXI para mover masas; con un discurso efectivo para manejar los sentimientos sociales, ya sea a favor o en contra, siempre da de que hablar en sus mañaneras. Lo mismo para polarizar y arraigar su imagen con su base social y despertar las más insignes consignas en su contra a los que él considera: fifís, neoliberales o conservadores, ha marcado su propia agenda. No como estadista titular del Poder Ejecutivo, más bien en su perpetua campaña con miras ahora al cercano 2021.
Su partido MORENA, es un partido hecho a base del reciclaje político, lo mismo incluye a grupos de izquierda que asumieron el poder con un fuerte resentimiento y sed de venganza, como muestra aquella frase de Paco Ignacio Taybo II; “¡sea, como sea, se las metimos doblada camarada!”, al congratularse por su cuestionando arribo al frente del Fondo de Cultura Económica.
O el apoyo de grupos de ultraderecha como lo es el Partido Encuentro Social, que detestan el aborto y el matrimonio igualitario. Así como grupos radicales incubados en el Partido del Trabajo que lo mismo tejen relaciones con gobiernos autoritarios como Corea del Norte o de Venezuela y aquellos que ayer hicieron lo mismo con el PRI o el PAN para mantenerse en el poder público, y que en sus campañas sin fundamento fomentaban la pena de muerte y pedían no matar animalitos, me refiero al Partido Verde Ecologista de México.
Esto nos da una radiografía de lo complejo que es el actual régimen, que no se ve por donde pueda articular una salida digna para detonar el desarrollo de México en momentos complicados como la que estamos pasando.
Ante la crisis sanitaria, económica y de seguridad pública, es más fácil seguir echando la culpa al pasado y mano de ocurrencias y falacias; los responsables al fin son los conservadores o neoliberales. Un discurso que ya no cuaja. Pero sin una oposición que logre articular un discurso de contrapeso, el PAN, PRI, PRD y MC lucen extraviados y minimizados a su antojo por el Ejecutivo en turno.
El error es nuestro, por seguir apostando a la misma clase política, con sus mismos discursos y artimañas, es tiempo de que el pueblo no siga siendo bueno, sabio, noble y justo con estos grupos que nos llevaron al despeñadero y ahora a la desesperanza. 2021 está cerca y la última decisión está en nuestras manos. Pero esa es otra historia que ya contaremos en su momento.
Postdata. Se le invita al seminario virtual; “Reflexiones del derecho en tiempos de Covid-19”. La invitación se hará llegar a través de las redes sociales.
Francisco Mixcoatl ANTONIO
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