30 enero, 2019
La mayor parte de los invitados espaciales para la próxima visita del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, a la capital tlaxcalteca están encorajinados porque los mandarán a gayola, es decir a la parte más lejana.
Por instrucciones de la «súper delegada», Lorena Cuéllar Cisneros, senadores, diputados federales y locales, así como el resto de la aristocracia pulquera han puesto el grito en el cielo porque no estarán en primera fila.
En WhatsApp circula un mensaje en el cual la legisladora federal con licencia, indica que en las primeras diez filas irán personas con discapacidades diferentes, adultos mayores y personas de escasos recursos que recibirán apoyos.
Es más, es tanto su protagonismo de la ex alcaldesa de Tlaxcala, que ha declarado a la prensa que ni siquiera ella estará en el presidium. ¿Acaso estará castigada?…
Lo que hace pensar es que pretende que López Obrador la vea «chambear», aspecto que en los hechos ni siquiera ha logrado culminar el famoso Censo del Bienestar.
Sin protocolos de seguridad, como era una costumbre cuando había una visita presidencial, López Obrador se apresta a llegar -se desconoce la hora- a Tlaxcala, donde encontrará una aparente unidad morenista. ¿Y con entrada libre?
Los hijos de la 4-T fingirán amabilidad partidista, sin embargo, en los hechos hay una lucha férrea por la candidatura a la gubernatura del estado, y otros cargos de elección popular.
Así es que Lorena Cuéllar va por el desquite, por no haberla invitado el domingo al informe de labores de los senadores José Antonio Álvarez Lima y Ana Lilia Rivera. ¡Qué bonita familia!…
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