Los hijos de la IV Transformación…

22 octubre, 2018

Este diario dio cuenta de un acto de consumación más político que responder a una clara acción legal, con respecto a la ratificación de Fernando Bernal Salazar, como magistrado del Tribunal Superior de Justicia del Estado (TSJE).

Y es que es la sesión extraordinaria del pasado viernes en el Congreso Local, se evidenció un acto más que oscurece una labor legislativa, y más aún la raja de algunos diputados.

Bajo el amparo de intereses personales y de grupo se ratificó a Fernando Bernal, quien estará seis años dentro del Poder Judicial.

Está claro que el diputado meón de Texoloc, Miguel Ángel Covarrubias, presidente de la Comisión Especial encargada del caso y Víctor Báez López, presidente de la Junta de Coordinación y Concertación Política, engañaron a la mayoría de legisladores.

Bajo argucias, ambos manipularon tal sesión para dar cumplimento al amparo emitido por el Tercer Tribunal Colegiado de Circuito del Centro Auxiliar de la Segunda Región del Estado de Puebla, dentro del expediente auxiliar R-527/2017.

Con esta medida, para muchos poco legaloide, Leticia Ramos Cuautle fue despedida, por lo que tendrá un plazo legal para poder impugnar el resolutivo emitido.

Está claro que a la abogada tlaxcalteca, le violaron sus derechos porque fue elegida por el pleno, pero de otra legislatura.

En los mismos círculos políticos, se menciona que Bernal Salazar utilizó estrecha relación con Joel Molina Ramírez, líder estatal de Morena para facilitar nuevamente su llegada.

Con este paso, aún no se pone fin a esta problemática que inició desde hace cinco años con un litigio que se dirimió en la justicia federal.

Basta recordar que las tres legislaturas anteriores LX, LXI y LXI, decidieron no ratificar a Bernal Salazar, pues no contaba con los méritos previstos en la Ley para poder ser ratificado.

Y lo que son las cosas, hoy la diputada local del PRI, Sonia Montiel Candaneda solamente hizo su berrinche, al no poder frenar dicha ratificación a la que el hoy gobernador Marco Mena Rodríguez, se opuso cuando fue legislador.

Vaya que el enlace del mismo mandatario, el exdiputado Arnulfo Arévalo Lara, -quien por cierto ha sido pésimo interlocutor con los legisladores- solamente se quedó como el chinito, «milando».

Hoy las llamadas telefónicas desde la secrecía no surtieron efecto, y el originario de Altzayanca le quedó mal a su patrón.

Ahora, las lenguas de doble filo dan cuenta que el legislador meón, contrató a un despacho externo cuando fue alcalde de Texoloc, y cuyo dueño -supuestamente- es Bernal Salazar.

O sea que el bufón político de esa tierra sureña debió de excusarse del caso, empero, pasó por alto un principio, el de legalidad. Sería bueno que algún sagaz periodista de la fuente del Congreso le preguntara al meón sobre este asunto.

Además, no hay que olvidar que en las elecciones de 2016, el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), de última hora, realizó una sustitución de candidatura en la fórmula tres para el cargo de diputado por la vía plurinominal.

Por lo que la misma, se la asignó a Fernando Bernal, quien buscaba al mismo tiempo su ratificación como magistrado, aspecto que polemizó el PRI, y que hoy sólo vio como se consumaba un acto por demás polémico.

Así se cocinan, los actos de los hijos de la IV Transformación, con la camaradería de la amorosa chiquillada. ¿Ahora qué sigue?…

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