03 septiembre, 2018
La integración de la nueva Legislatura Local, ha generado exabruptos -en su arranque- por lo que no se observan buenos augurios en su primer periodo ordinario de sesiones.
Y es que la misma ambición de varios personajes de Morena, por controlar las propias decisiones de los legisladores ha provocado encono.
Otro punto es la acción vorágine de la bancada del PT, que tiene como argumento sus más de 45 mil votos obtenidos en la pasada elección local, a sabiendas de que Andrés Manuel López Obrador, les sumó los votos, a este partido que agonizaba.
Las féminas petistas andan insoportables -pastoreadas por Silvano Garay- al pretender apoderarse de los principales cargos dentro del Congreso, sin dejar su protagonismo en las redes sociales.
Mientras que la “chiquillada” -PRI, PAN, PRD, MC, PVEM y el PAN- exigen pluralidad en la distribución de secretarías, direcciones y comisiones.
¿Acaso los tres primeros partidos mencionados tuvieron esa misma apertura cuando eran hegemonía y los mandamases en el Congreso?…
Con este escenario impropio de lo que espera la sociedad, de esa cuarta transformación que tiene que llegar y permear al Poder Legislativo Local, los diputados locales, principalmente, de Morena tienen que aplicar acciones contundentes porque su credibilidad está en riesgo.
Es una lástima, que Lorena Cuéllar Cisneros, Joel Molina Ramírez, entre otros actores, pretendan controlar la Cámara de Diputados Local, cuando saben que es un órgano autónomo.
Empero, la pretensión de López Obrador, es clara al otorgarle toda la potestad a la diputada federal; el hecho es que ella y Molina Ramírez impusieron a Víctor Báez, terminarán por crear una agencia de colocación de empleos al Poder Legislativo y en lo que será el funcionamiento de las delegaciones.
Sin embargo, ¿será un buen camino para la congresista y ex priísta amasar tanto poder de cara a las elecciones de 2021?…
Ya el tiempo lo dirá, pero está claro que no son buenas señales las que mandan a la ciudadanía que votó por un cambio profundo y creyendo por una «cuarta transformación».
Por lo pronto, Cuéllar Cisneros se equivocó en amadrinar a Víctor Báez, quien esta uniendo a varios legisladores pero en su contra.
Juan FLORES/ Redacción
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