Huamantla, y sus reyecillos

16 agosto, 2018

Mientras un huamantleco de talla internacional como es Carlos Rivera, busca enaltecer la cultura y las raíces de su tierra, hay otro paisano, Jorge Sánchez Jasso, está empeñado en abaratar la feria y poner en riesgo a muchas almas como ocurrió la madrugada de este lunes.

Y es que el cantante originario de Huamantla, presume que en cinco días ha sumado siete millones de visitas en su reciente video clip, donde muestra los tapetes multicolores de manos artesanas; en tanto el presidente municipal de extracción priísta está empeñado convertir en un cochinero el centro de un pueblo colonial.

En las redes han enaltecido el impecable trabajo del ex alumno de la Academia, y en el caso del ex burócrata del gobierno estatal, lo han criticado severamente por convertir al ayuntamiento en un «acuerdo marital”, como Maximiliano y Cartola, pero en la peor de sus versiones.

Hasta hace unos días los huestes, lamebotas y esbirros mediáticos al mando de la “señora presidenta “ -dicen las lenguas viperinas- criticaban a aquellos ciudadanos, entre ellos a periodistas- que se opusieron a que en la plaza principal se organizaran bailes populares.

Ahora, esos mismos fulanos -de poca monta- guardan un silencio sepulcral sobre lo que ocurrió ayer lunes porque saben el peligro en que decenas de niños y mujeres estuvieron por el rostro de la furia de pandilleros que han sentado sus reales en colonias y barrios de Huamantla, desde hace años.

Minimizar lo que pasó ayer muestra a Sánchez Jasso como un alcalde desvergonzado. ¿Acaso busca ser promotor de la violencia?… Hay que recordarle que la apología de la violencia misma -valga la redundancia- es un delito.

Sin embargo, no hay poder institucional que ponga en cintura a Sánchez Jasso y mucho menos a la “doña del pueblo”, a Gabriela Escamilla Pérez.

En las mismas redes, han criticado a ambos por la ineficiencia con que se condujo la policía local, y cuyos elementos han protestado -desde los primeros días de feria- por los excesos dentro de esa corporación.

El presidente priísta tuvo suerte de que no ocurriera una desgracia mayor en una multitud que quedó atrapada en medio de los chacos, cadenas y botellas de vidrios. Sin embargo, hay muchas preguntas, la principal ¿dónde está la actuación del gobierno estatal?…

Las reacciones fueron muchas, dicen que el alcalde ordenó frenar las críticas en la prensa, pero hubo valientes comunicadores que mostraron en videos una salvaje escena, donde rostros de furia y el alcohol marcaron la escena.

Lo que pasó en el parque de Huamantla, debe obligar a reflexionar a las autoridades de que la feria dista de ser nacional, y que lo primero es analizar que la misma es un asunto de seguridad estatal, por sus amplias dimensiones.

Cada administración municipal trata de reinventar la feria de esa localidad, empero, no hay poder humano que lleve a mejorar su organización en la actualidad.

Huamantla, tiene una basta historia, tradiciones y cultura, para ser un digno «Pueblo Mágico», pero con alcaldes como Sánchez Jasso, está muy lejos de alcanzar una consolidación dentro del mapa turístico del país.

Pobre de esta comuna, tan lejos de alcanzar el progreso y tan cerca de autoridades nefastas que solo buscan sentirse reyecillos.

Falta la Huamantlada, y deseo que todo salga bien para la autoridad y los organizadores, pero están a tiempo de prevenir y no lamentar.

Sánchez Jasso, vaya que te quedó grande el cargo porque no comprendes lo que otros paisanos nuestros trabajaron para que miles honren y admiren nuestras tradiciones.

Escribe Javier CONDE/ Redacción

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