Huamantla: Pueblo sin ley

22 agosto, 2018

“La violencia en tuíter y en Facebook la generan, sobre todo, los individuos anónimos. Hay que desenmascararlos para que digan lo que quieran, pero dando la cara. Uno de ellos es @tumbaburross. Se llama Luis Felipe, hijo de Felipe Calderón y Margarita Zavala”.

Así lo escribió el reportero de la revista Proceso, Álvaro Delgado, en su misma cuenta de Twitter. Sus palabras son profundas, y de peso.

Y me referiré al caso Huamantla, sobre el tatuaje de la violencia y cuya autoridad intenta excusarse de lo que pasó.

Es lamentable que el sábado pasado se registraron riñas, robos en casas-habitación, de unidades automotoras y hasta de celulares como lo han escrito víctimas en sus propios muros de Facebook.

Y lo más agrio, es lo que ocurrió dentro y fuera de la tradicional «Huamantlada», donde el alcalde Jorge Sánchez Jasso, de plano no sabe cuáles son sus atribuciones, lo que deja en un estado de indefensión al ciudadano.

Dentro del circuito por donde pasaron los bureles, de bajo peso, carentes de lidia, cansados, sedientos y hambrientos, se registraron conatos de bronca, y hoy más que nunca una venta indiscriminada de alcohol.

De nada sirve que la misma capea termine más temprano si en las calles hay un río de cerveza, whisky, brandy y ron, donde decenas de jóvenes, principalmente, pierdan la conciencia y otros se sienten valentones al ritmo del movimiento y corridos alterados.

Ahora, lo qué pasó por la tarde en las inmediaciones del recinto ferial, frente al bar BHVRA, donde unos salvajes “cadeneros” desataron su furia contra dos jóvenes no tiene perdón de Dios.

El ataque fue artero, cruel, despiadado y cobarde de tres o cuatro trabajadores de ese antro, que ha dado dolores de cabeza, cada año para los vecinos de esa zona de Huamantla.

El propio video que alguien hizo circular en las mismas redes evidencia la falta solidaridad de decenas de ciudadanos que prefirieron observar los golpes y grabar la grotesca escena que hablar telefónicamente al 911.

Pero lo que ocurrió más tarde, muestra la indiferencia de una autoridad para actuar como primer respondiente. La ausencia de policías frente al bar originó que personas -no identificadas- llegaran e incendiaran el sitio.

Lo anterior, puso en riesgo a quienes se divertían en ese antro, a los visitantes, a los transeúntes y a los mismos vecinos de ese punto poblacional.

En las mismas redes sociales algunos medios daban cuenta de la muerte de un joven derivado de esa salvaje golpiza y que eso daba motivo a la escena de la barbarie.

Además, el silencio perpetuo de la autoridad dio pie a decenas de comentarios y versiones. Solamente pocos periódicos digitales manejaron que había un presunto deceso.

En los mismos medios se sabe que uno de los lesionados tiene secuelas producto de la salvaje golpiza, aspecto que la autoridad municipal intentó tapar mediante los convenios publicitarios, pero la verdad pronto afloró.

Está claro que Huamantla, tiene un alcalde débil frente a las contingencias; en menos de una semana la violencia le bailó en 360 grados, sin que hiciera nada al respecto.

Lo peor, es que sus memos mediáticos, sus lamebotas, sus chalanes manejan en las redes sociales palabras sin sentido, y hasta con pésima ortografía, que lo único que provocan es lástima y hasta risa por la sarta de sandeces que expresan.

La mayoría de ellos, se refugian en el anonimato para atacar al ciudadano que desea un mejor Huamantla. Den la cara, como dice el periodista Álvaro Delgado.

Sánchez Jasso, una vez más te pregunto ¿Quién gobierna en Huamantla?…

Javier CONDE/ Escribe

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