27 noviembre, 2017
Resulta que en las redes sociales tuvo más impacto la nominación a semifinales de Honorina, la mujer tlaxcalteca que participa en Master Chef México, que el primer informe de labores del diputado local del PRD, Alberto Amaro Corona, quien utilizó el mismo como plataforma política para buscar un protagonismo que no surtió efecto.
Y es que en Facebook y Twitter, hubo decenas de menciones que logró la originaria de Atlangatepec, que si en estos momentos fuera nominada como aspirante a la Cámara Alta, le ganaría a cualquier nominado del Frente Amplio Ciudadano (FAC).
Sin ser muy analíticos, la misma Honorina se ha ganado el respeto de propios y extraños, así que no descartamos que en un tiempo no muy lejano sea una mujer inmersa en la política.
De Alberto Amaro, de nada sirvió gastar una lanota para destacar, su productividad Legislativa, que por cierto deja mucho que desear. Ya le dicen el «Chimoltrufio» del Congreso Local, porque como dice una cosa, también dice otra.
Meade, el elegido
De resultar nominado, José Antonio Meade como candidato a la presidencia de la República, por el Revolucionario Institucional, el diputado local, Mariano González Aguirre, sin duda será el mejor beneficiado.
Es decir, casi tendrá en la bolsa una candidatura ya sea a la diputación federal o bien el senado de la República, y el resto de los priístas interesados que se pongan a temblar porque la nominación será en verdad, un verdadero misterio.
Como perros y gatos…
Vaya que la senadora Adriana Dávila y la luchadora social, Rosi Orozco, se odian con odio jarocho cuando en el pasado eran “amiguis” del alma. Y uno se pregunta si el ego desmedido y soberbio originó tal choque de trenes. ¿Acaso rompieron por otra causa?…
Lo cierto, es que ambas utilizan como bandera política, el fenómeno de la trata de personas más allá de entregar resultados verdaderos a favor de las víctimas de este delito.
Pero Adriana y Rosi, ustedes sigan con su reality show, porque siempre se sacan sus trapos al sol.
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