PRI no tuvo misericordia de Adriana Dávila

01 septiembre, 2017

Nuevamente el PRI, no tuvo misericordia de la senadora panista, Adriana Dávila Fernández, quien vio frustrado su sueño de llegar a la presidencia de la mesa directiva de la Cámara Alta, y fue su propio compañero de bancada, su amigo, su guía espiritual, su sensei, Ernesto Cordero, el de las raíces apizaquenses quien le dio un dardo letal políticamente hablando.

Propios y extraños indican que la legisladora también de Apizaco, enfureció y hay quienes cuentan que hasta abandonó la sala de sesiones del propio senado al observar como los priístas cedían la presidencia a quien en su momento le juró amor eterno e inolvidable a Felipe Calderón y a todos sus séquitos derroteros.

Fue así como la también ex candidata a la gubernatura -en dos ocasiones- vivió una de las partes más amargas de su trayectoria política dentro de Acción Nacional y de la incipiente democracia mexicana. 

El propio diccionario de la Real Academia Española define que la palabra derrotero o derrotera proviene del significado de derrota, por lo que la nativa de colonia Ferrocarrilera suma un fracaso más en su vida política, eso está más que claro.

Otro trago amargo…

Por si fuera poco, la senadora apizaquense pudo hacer poco por sus esbirros, Francisco Román Sánchez y Valentín Gutiérrez Hernández, quienes dejaron un boquete económico de más de nueve millones de pesos, en las arcas de los municipios que gobernaron.

Y fue el mismo PRI, apoyados por el PRD y otras fracciones los que no avalaron las cuentas públicas de ambos chalanes de la panista, pese a la presión que ejerció a través de su bancada.

Nada pudo hacer la otrora priísta y ahora neopanista, Guadalupe Sánchez Santiago, por ambos políticos de mediana estatura, y que ahora deberán justificar peso por peso ante las instancias fiscalizadoras y judiciales competentes. ¿A poco la legisladora federal pretendía avalar excesos?… ¿No que promulga con la bandera de la honestidad valiente?…

Así que ayer la senadora de Tlaxcala quien sueña ser gobernadora, presidenta de la mesa del Senado vio frustrada varías posibilidades, y tal parece que cada vez más su vida política va en decadencia gracias a su obstinación por querer ser y no dejar pasar a otros panistas que tienen capital político. 

Por cierto, hay panistas que festejaron ambos hechos al grado de señalar que no metió las manos por su aliados «aliados y amigos políticos», Vicente Hernández Roldán y Adolfo Escobar Jardínez, quienes también están reprobados en el manejo del dinero público. 

«Den al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios», ya lo dijo Jesucristo. Ahí, dejamos esa bíblica frase para que la reflexione la derrotera panista.

Ah, quien anda feliz es el ex alcalde de Huamantla, y neo morenista, Alejandro Aguilar López, por dos motivos. 

El primero porque se aprobó su última cuenta pública de 2016, con el apoyo del PRI, y la segunda porque será candidato a la diputación local, precisamente con el apoyo de la senadora Lorena Cuéllar Cisneros y de Andrés Manuel López Obrador alias «El Peje».

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