05 julio, 2017
Las normalistas simplemente le han tomado la medida a las autoridades estatales a lo largo de muchos años, y sencillamente, el pueblo tiene que soportar con esa carga presupuestal a fin de mantener una matrícula que en muchas ocasiones se duda sobre su productividad en el terreno de la educación.
Han sido años que se repite la misma historia y queda claro que el gobierno del estado, no debe solapar ese tipo de presiones, por lo que es necesario por lo que es necesario que las mismas alumnas se sujeten a la normatividad correspondiente.
En México, ni en Tlaxcala, se debe soportar el síntoma de la intolerancia por parte de un grupo de alumnas, apoyados por estudiantes de otras normales de la región, para obtener beneficios que no radican en una verdadera productividad para la educación.
Aclaramos, no se trata de criticar lo que podría ser un buen pliego petitorio, a fin de alcanzar mejoras en su preparación profesional, sino lo que estamos en contra es que a base de presiones, como retener automóviles, evitar el cobro de peaje y tomar instalaciones, pretendan obtener sus beneficios.
Por ello, es determinante que la Secretaría de Educación Pública (SEP), no ceda a presiones, como es el aumento injustificado de la matrícula, porque de lo contrario tendremos un titular dócil, como ha ocurrido en el pasado.
Las normalistas acusan de represión al actual gobierno estatal, pero sus argumentos no son válidos cuando retienen unidades y se apoderan de instalaciones para lograr sus fines.
Ojalá, y lo sucedido hoy durante la madrugada no provoque la radicalización de este movimiento que podría subir de tono ante la presencia de varones normalistas de otros estados del país, que se saben el ABC de las movilizaciones.
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