21 julio, 2017
En cada administración municipal nunca falta el alcalde que por sus excesos pone a Tlaxcala, en la critica nacional, por lo que ha habido expresiones de que quienes aspiran gobernar una localidad sean sometidos a diversos exámenes para determinar su salud mental.
Resulta vergonzoso lo que ha sucedido en el municipio de Tequexquitla, donde el alcalde
Óscar Vélez Sánchez, privó de su libertad supuestamente a integrantes del grupo musical Ángeles Azules, al grado que la periodista Denise Mearker lo tildó de un «fan peligroso».
Los excesos del poder llevan a perder la dimensión de la realidad a muchos de los munícipes de Tlaxcala, lo que resulta preocupante que figuren más por sus excesos que por el trabajo realizado en sus comunas.
Cuando no surgen alcaldes brujos, saltan como sapos presidentes municipales «meones». Y por si fuera poco varios alcaldes y ex alcaldes se colocan una banda presidencial para dar el Grito de Independencia o bien se auto nombran «comandante de las fuerzas municipales».
Es una vergüenza tener este tipo de autoridades que denigran una figura pública que necesita más acciones concretas en su desempeño que andar en el escándalo.
La culpa la tienen los partidos políticos solo para cumplir requisitos ante una autoridad electoral, y más aún de los ciudadanos quienes se dejan llevar por la popularidad que en verdad razonar un voto por aquella persona que esté debidamente preparada.
Así de sencillo, cada pueblo tiene la autoridad que se merece, pero está claro que el poder aturdes los humanos pero entorpece a los políticos de mente ligera.
* Escribe JAVIER CONDE
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