02 mayo, 2017
Son muy pocos los que hacen un reconocimiento a todos aquellos que entregan su tiempo por salvar una vida, como ocurrió este domingo y lunes, en los límites de Tlaxcala y Puebla, en ese lugar donde en menos de 24 horas cinco personas fallecieron y más de 35 peregrinos resultaron heridos.
Este espacio, es más de crítica que de aplaudir aspectos de la función pública, pero hoy hacemos un reconocimiento a los paramédicos, médicos, enfermeras, policías estatales y municipales, así como a personas de la sociedad civil que dedicaron un tiempo para apoyar a las víctimas de ambos accidentes vehiculares fatales que se registraron.
Los que conocemos ese rincón de la geografía entre ambos estados sabemos que la travesía para llegar a Texocuixpan, es complicada por lo que creemos que en los dos accidentes quizás falló la pericia de los conductores o de plano el sobrecupo originó tal incidente, donde los paganos fueron los peregrinos.
Para infortunio de los familiares un buen propósito, como cumplir una manda religiosa terminó en tragedia, por lo que es necesario que todos los peregrinos y visitantes a ese templo de Texocuixpan, tomen las medidas de prevención necesarias para evitar otra tragedia.
El luto y el llanto prevalece por la pérdida de las cinco personas, sin embargo, es necesario que la Iglesia Católica también ponga de su parte; en muchas veces calla porque sabe que las limosnas en un templo son las principales entradas de dinero y no le conviene que se regulen las peregrinaciones.
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