El debate, los yerros y la guerra en redes

21 abril, 2016

Sencillamente, lo que el Instituto Tlaxcalteca de Elecciones (ITE) llama debate, está claro que será un gran ejercicio «democrático» que le quedará a deber a la ciudadanía, pues los principales candidatos a la gubernatura han adelantado que su formato está «acartonado».

La explicación que ayer dieron los consejeros electorales no convence a los medios de comunicación que han criticado la falta de planeación para llevar a cabo este ejercicio política, donde lo han organizado vía fast-track.

Creemos que a los consejeros les faltará imaginación para formular preguntas a los contendientes, y sólo se basarán en cuestionamientos que no aborden temas de la problemática social que aqueja al estado y que algunos puntos tienen que ver con la coyuntura nacional.

Según la presidenta del propio ITE, Elizabeth Piedras Romero dijo que tal debate les ha costado mucho organizarlo, pero uno se cuestiona si el propio consejo general de este organismo autónomo tiene la capacidad técnica y humana para poder cumplir con este ejercicio obligatorio, según lo plasma la propia ley.

Además, el ITE dice que no permitirá descalificaciones entre los abanderados, pero uno se pregunta si podrán hacerlo si desde los cuartos de guerra de cada uno de ellos están preparando estrategias para «bombardearse».

Ahí estará la verdadera batalla, es decir, quien tenga más influencia en las redes sociales acabará por posicionar a su candidato, y a los mismos candidatos les dará igual haber ganado en un encuentro llamado debate. Ojalá los propios consejeros vean el significado de la palabra debate en el diccionario de la Real Academia Española.

Y es que solamente exponer las ideas de cada pregunta, no basta para analizar lo que cada abanderado debe abordar porque a Tlaxcala lo aqueja la inseguridad, la falta de empleo, un marcado rezago social en zonas rurales, un desarrollo social, y otros aspectos cuyos efectos se ven en modo de vida de los ciudadanos.

Así es que los consejeros deberán ponerse a «chambear» para que el segundo debate sea mejor que el primero, y por cierto, a la presidenta del ITE habría que darle una clases de historia electoral, pues dice que el debate del próximo domingo será el primero en la historia moderna de Tlaxcala, acaso no se acordará que en 1998 hubo uno.

Recuérdenlo la verdadera guerra del debate será en las redes sociales, y no en el Teatro Xicohténcatl, que será mudo testigo de una parte de la historia de Tlaxcala. Primera llamada, de un teatro llamado debate.

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