Opinión: Simulaciones/ Índex Feu/ Escribe Edgar R. Conde

20 marzo, 2016

Dos hechos, espectaculares por su trascendencia, descubren un priísmo lleno de simulaciones.

Por un lado la salida de la ex diputada federal, Guadalupe Sánchez Santiago, quien pasa a las filas panistas a través de una diputación plurinominal.
Llama la atención que la ex legisladora federal, “cerró filas” con Mena Rodríguez en la toma de protesta de Mena Rodríguez como abanderado priísta al gobierno estatal.

En aquella ocasión, Sánchez Santiago no sólo se vio alegre, sino que se notó confiada, segura y arropada dentro del instituto en el que nació políticamente.
Y de pronto, quizá en un acto de “berrinche” político porque le habrían cancelado posiciones en la campaña o en cargos de elección popular, se fugó hacia el PAN.

Y ¿entonces su compromiso ideológico, dónde quedó?, ¿a dónde fueron a parar los postulados emanados de su padre?
Guadalupe Sánchez simuló lealtad y trabajo en favor de Marco Antonio Mena, en particular, y del priísmo, en general.

Por el otro, la aparición inesperada de Noé Rodríguez Roldán durante el registro ante el Instituto Tlaxcalteca de Elecciones (ITE), de Marco Antonio Mena Rodríguez como candidato a gobernador.

Suena a simulación la respuesta de Rodríguez Roldán: “no lo había acompañado públicamente [a Marco Mena], pero estamos convencidos que son mayores las coincidencias que las diferencias”.

Porque no hace fugarse a otro instituto para aparentar conformidad o disciplina política. Basta con “estar sin estar”. Es decir, permanecer en el partido y simular simpatía con el candidato.

Incluso puede interpretarse que el propio candidato a gobernador, esté consciente de que este no sea más que un juego de simulaciones.
Ahí está su dicho: “Noé Rodríguez siempre ha estado aquí y Noé nunca se ha ido y siempre hemos tenido la coincidencia de que Tlaxcala debe estar mejor cada dia”.

Cierto. Rodríguez Roldán nunca se fue del PRI. Pero su ausencia en los momentos críticos fue determinante.
Y en este juego de simulaciones, pesa lo mismo uno que haya estado y después se fugue, que otro que haya estado ausente y aparezca como por arte de magia.

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