Según, habrá más beneficios con la desaparición de Fideicomiso Casa de las Artesanías

11 febrero, 2016

Con la desaparición del Fideicomiso Fondo de la Casa de las Artesanías de Tlaxcala (Ffcat) y la creación de la Dirección de Casa de Artesanías, el Gobierno del Estado fortalece la atención a este sector que ahora gozará de mayor acceso a programas y apoyos en beneficio de su actividad.

De esta forma, la actual administración estatal da seguimiento a su política de modernización, simplificación, racionalidad y reestructura del aparato burocrático, a fin de hacer más eficiente el uso de los recursos públicos y potencializar el desarrollo en la entidad.

Lo anterior es resultado de la iniciativa presentada por el Ejecutivo estatal y su correspondiente aprobación en el Congreso local el pasado 12 de noviembre de 2015, por lo que ahora esta dirección forma parte de la Secretaría de Turismo y Desarrollo Económico (Setyde).

José Luis Sánchez Mastranzo, director de Casa de Artesanías, informó que esta nueva etapa de atención a los artesanos demuestra el compromiso del Gobierno del Estado por elevar aún más la calidad y nivel de vida de los artífices, al acercarles mejores mecanismos de apoyo a su labor, y que con ello el arte popular tlaxcalteca se consolide a nivel nacional e internacional.

En este sentido, el funcionario abundó que a través de esta dirección los artesanos tendrán acceso a más programas de capacitación, así como a diversas actividades del rubro turístico que les permitirán darse a conocer en nuevos nichos de mercado.

También incrementarán los lazos con empresarios para la comercialización de sus piezas y obtendrán una mayor asesoría para la incorporación de los talleres artesanales a la economía formal.

“La Dirección Casa de Artesanías continuará con su principal objetivo que es elevar la calidad y nivel de vida de los artífices tlaxcaltecas, pero ahora con un esquema de operación moderno y más eficaz”, precisó el director.

En este sentido, Sánchez Mastranzo explicó que en un principio se trabajó con el esquema de fideicomiso, pero a la postre resultó inoperante, ya que las instituciones bancarias no contribuían con recursos económicos, y en los últimos cinco años la administración estatal se encargó de aportar los fondos para su operación.