Opinión: Unción/ Índex Feu/ Edgar R. Conde Carmona

07 febrero, 2016

El Partido Revolucionario Institucional de Tlaxcala tiene candidato a gobernador. Marco Antonio Mena Rodríguez fue ungido según la norma electoral y según el rito priísta.

Sin sorpresas y sin sobresaltos, la maquinaria prísta fue puesta a punto. Aceitada, calibrada y encendida, los tricolores dan su primer paso.

Fueron las ausencias, pero también las presencias, las que aderezaron el rito de la unción y encendieron luces de claroscuros rumbo a la gubernatura.

Faltó el aval de Manlio Fabio Beltrones, líder nacional priísta quien envió al Secretario Técnico del Consejo Político Nacional priísta, Joaquín Hendricks Díaz, en su representación.

Pesó la ausencia, sin duda, de Beatriz Paredes, ex gobernadora y ex dirigente nacional del tricolor, quien sólo envió, a través de Mariano González Zarur, un saludo solidario.

También fue marcada la inasistencia de Noé Rodríguez Roldán, el único de los otros ex aspirantes que hasta ahora ha dado señales de ruptura con el PRI.

Del otro lado, llamaron poderosamente la atención otras presencias. Por ejemplo la de Jorge Luis Vázquez Rodríguez, alcalde panista de Apizaco que además fue muy publicitado.

También llamó la atención la llegada de la ex diputada local, Heladia Torres, pieza fundamental del orticismo, quien de manera discreta estuvo en primera fila.

Y qué decir de dos prominentes miembros del Poder Judicial de Tlaxcala: Tito Cervantes y Justino Hernández, quienes prodigaban entusiastas porras al ungido.

Destacables las presencias de los diputados federales por Tlaxcala, así como de los ex aspirantes a esta candidatura, quienes cerraron filas en torno al ya candidato.

Y la otra presencia. La del discurso. Presencia de la continuidad con poca propuesta. Presencia del llamado a la unidad pero también al enfrentamiento con las otras fuerzas políticas.

Inicia, pues, la carrera por la gubernatura con el mismo ambiente que reina a propósito del invierno: frío tirando a templado.

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