Opinión: Chambones/ Índex Feu/ Edgar R. Conde

26 febrero, 2016

Vladimir Zainos y Arturo Díaz Barranco nos ragalaron una estampa digna del filme “La Ley de Herodes”.

Sin pudor alguno, en los mismo pasillos del Poder Legislativo de Tlaxcala, los diputados (propietario el primero y suplente el otro), sacaron a relucir el cobre.

El problema, más que el bienestar de sus ¿representados?, deja claro que lo único que les preocupa a los dos personajes, es el bienestar personal.

De otra manera no habría surgido una escena surrealista en la que el suplente Arturo Díaz, solicitó al propietario dejar libre al menos tres espacios que tiene en su propia oficina.

Y en respuesta, el aludido, sin respetar sus palabra empeñada, producto de acuerdos políticos con su correligionario, lo envío con cajas destempladas al Comité de Administración, a reclamar los espacios laborables que corresponde a la representación de esa diputación.

El pleito, pues, tiene una razon: tener una “chamba” que reditúe pingües beneficios a los personajes pero, claro, obviando los asuntos inherentes al Poder Legislativo.

Escena como esta no es la única al interior del recinto legislativo. Ya antes se había dado una escaramuza similar entre los perredistas Alberto Amaro Corona, diputado suplente y Salvador Méndez Acametitla, legislador propietario.

Moneda de cambio. Eso es, para los panalistas, el cargo que ostentan. Lástima que no haya instancia capaz de sancionar el sentimiento mezquino de quienes hacen negocios con los cargos públicos.

Lamentable, sobre todo, que con estos asuntos, los involucrados no sólo lesionen asuntos tos su propio partido sino, principalmente, a las instituciones y al la democracia.

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