16 febrero, 2016
Instaurado en el poder fiscal y político, Crispín Corona Gutiérrez, se enfila para buscar nuevamente la reelección como titular del Órgano de Fiscalización Superior (OFS), una vez que se desistió del amparo ante la justicia federal que lo mantenía como representante de esta institución.
Fuentes consultadas señalan que el auditor superior no está impedido legalmente para buscar dicho cargo por siete años más, toda vez que el proceso anterior fue impugnado por un interesado quien recurrió a la justicia para reclamar que se había violentado la convocatoria que emitió el Congreso Local.
Incluso, se observa que cuenta con el apoyo de la bancada del PAN, toda vez que el presidente de la Comisión de Finanzas y Fiscalización Superior, Julio César Hernández Mejía, expresó a reporteros que Corona Gutiérrez ha realizado un buen trabajo.
Contrario a lo que opina el perridista y actual presidente de la Junta de Coordinación y Concertación Política (JCCP) del Congreso Local quien ha acusado al titular del OFS, de “amañar” los procedimientos en la revisión de cuentas públicas.
Además, exalcaldes de Acuamanala, Tlaxcala, Huamantla y Apizaco, Cristóbal Luna Luna, Pedro Pérez Lira, Carlos Ixtlapale, Orlando Santacruz Carreño, respectivamente se quejan del trato autoritario de tal personaje al servicio del exgobernador Héctor Ortiz.
El hecho es que el auditor superior ha resultado ser un “mañoso” personaje acomodaticio y que ha sido audaz para permanecer en el cargo ante la complacencia del propio gobernador del estado, Mariano González Zarur.
Cobijado por varios legisladores y desde las altas esferas del poder, Corona Gutiérrez, quien se construyó un edificio público con todas las comodidades se enfila para la perpetuarse en el poder ante su fracaso por ser candidato a la diputación local por el Partido Alianza Ciudadana (PAC).
Así de sencillo, el “chaparrito” auditor tendrá la a anuencia del PRI y PAN, siempre y cuando trate bien a determinados personajes políticos que buscan que se les apruebe la cuenta pública 2016, antes de que se despidan de su propio poder político y social.