Opinión: Loros /Índex Feu/ Escribe Edgar R. Conde

29 julio, 2015

Me permito dar atención a una oportuna, puntual y atinada observación del maestro Claudio Cirio Romero, a la columna del pasado lunes.
Presento en primera instancia, el argumento central de la tesis del trabajo titulado “Redistritación”:
“‘Echar abajo la redistritación electoral’ producto de la Reforma Política en Tlaxcala, puede ser la Espada de Damocles para el Partido de la Revolución Democrática.
“Criticable es la existencia de vacíos jurídicos y yerros imperdonables, ya por parte de una ley inconclusa o defectuosa, ya por parte de la instancia encargada de aplicar esa ley.
“Mayúsculo error será tratar de tirar una Ley en la que los diputados perredistas tuvieron la oportunidad de participar en su redacción y aprobación y no lo hicieron.
“Enrarecer de antemano las elecciones de 2016 puede no ser una estrategia eficaz; particularmente cuando, se vislumbran posibilidades reales para el perredismo de ganar la gubernatura.”
Transcribo textual parte del comentario del maestro Claudio Cirio Romero:
“Estimado Edgar Conde Carmona, porque sé de tu seriedad en el análisis, te comento que nunca hubo, en la confección del Primer Escenario de la redistritación para quince distritos, el error que mencionas.
“Fue una interpretación equivocada de los informáticos del IET, que se virtió en una reunión de trabajo el jueves pasado y que desafortunadamente en el PRD repiten como loros, es decir de manera acrítica.”
Coincido con el académico y ex titular de la Comisión de Transparencia y Acceso a la Información Pública de Tlaxcala (Caiptlax), actualmente tenemos un perredismo acrítico.
Y esa falta de sentido crítico se puede revertir contra el partido del Sol Azteca, al quemar en “infiernitos” el potencial que puede tener el partido en el 2016.
Quizá, lo que no han querido entender al interior del partido amarillo es que la sociedad exige partidos y candidatos serios, responsables, críticos, pero sobre todo prudentes.
No será con escándalos, acusaciones, descalificaciones o presiones, como los partidos, cualquiera que sea su color o su ideología, convenzan a un electorado reacio a participar.
Y, sobre todo, el dolo o la manipulación de información, puede convertirse en la llama que convierta a cualquier partido en una pira.
Edgar R. Conde Carmona

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